Después de un largo y fatigoso viajes, y una triste despedida de sus amigos, familia y Marcos, llegó a La Habana, allí estaba Carlos, un mulato de 44 años que aparentaba 20, junto a el estaba Alexis, un vecino flacucho que lo llevó en coche.
Carlos y Lucia se abrazaron entre lágrimas y después saludó a Alexis con dos besosAlexis: Tití acá en Cuba solo se da un beso
Lucia: Perdoname
Alexis: Niñi, yo te lo perdono todo
Carlos: Tito no le des guara a mi hija
Alexis: Disculpeme
Carlos: Ey voy a saludar a Chuchito, no se muevan
Alexis: Oye niñi, La Habana es muy buen sitio para disfrutar
Lucia: Yo me ciño al teatro y a mi familia
Alexis: Lamia te aseguro que después de este año más nunca me vas a olvidar
Lucia: Si ya
Carlos: Dale, vamos dirección Vedado