III.

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Un incesante dolor lo recorría por dentro, no podía moverse, porque entonces el aire comenzaba a faltarle con más facilidad dejándolo débil y mareado.

Harry tardo un momento en recomponerse, aunque los incesantes dolores volvían con frecuencia invadiendo su cuerpo a través de pequeños espasmos, era soportable, podía aguantarlo, y así tratar de continuar con la dulce charla que mantenía con el pequeño castaño que descansaba a su lado.

Comenzó a recorrer el rostro de Louis con la punta de sus dedos, remarcando cada delicada parte de él, explorando sus hermosos ojos azules a través de los suyos, consumiéndose con cada palabra y cada suspiro que le regalaba su tierno castaño.

En la intimidad podía reclamarlo como suyo, sin temor a fallar en sus palabras, no hacía falta tenerlo más cerca ni sellarlo con algún acto sexual, bastaba con sentirlo en su piel, en sus huesos y en su alma.

Estaba rompiendo todos sus límites, nunca antes había sentido la necesidad de depender de alguien más, de quererlo constantemente en medio de su desordenada vida, de regalarle los mejores momentos junto a él a cada instante.

¿Qué sucedía con él entonces?

¿Acaso era esa mierda llamada amor lo que lo atormentaba?

Era imposible compararlo con algún otro sentimiento experimentado antes, porque definitivamente antes de Louis no había nada. Solo una persona más tratando de sobrellevar la mierda diaria que se le venía encima. Respirando porque sus pulmones lo obligaban, caminando sin rumbo de un lado a otro, viendo las cosas a sus alrededor sin detenerse a contemplar la belleza que guardaban en el fondo. Sí, esa era la manera más lógica de describir a Harry antes de Louis.

De un momento a otro Louis se levantó de un brinco, envolviéndose con las sabanas y dejando a Harry solo y un poco confundido.

-Iré a tomar una ducha- avisó sin tomarle mucha importancia, como si se tratara de algo completamente obvio.

-De acuerdo- Harry sonrió mirando a Louis con cariño.

El pequeño salió de la habitación rápido, casi incómodo. Harry se decepciono un poco al notar que Louis aún no confiaba en él , tal vez era muy rápido para andar exigiendo intimidad y confianza entre ellos, pero lo necesitaba, porque en su mente ya se había hecho la idea que Louis era parte de él. Ya le pertenecía, y por ello él podía darse la libertad querer sentir esa intimidad tan anhelada entre ellos.

Harry siguió los pasos de Louis hasta el cuarto de baño, y cuando llegó no pudo contener la gran sonrisa adornada de hoyuelos que se formaba en su rostro.

Su tierno y pequeño castaño estaba sentado en una gran tina blanca, repleta de muchas burbujas que desprendían un olor a frambuesa exquisito. Louis no notó la presencia de Harry al entrar, así que siguió jugando con las pequeñas pompas de jabón que recogía delicadamente del borde de la bañera y soplaba hasta que se deshacían en sus manos. Completamente adorable.

Harry aprovechó que Louis estaba distraído y se acercó despacio, tratando de no hacer ruido.

-¡Hola!- gritó muy fuerte cuando estuvo a su lado, espantando al pequeño.

Louis chilló asustado mientras se cubría el rostro con ambas manos empapadas de jabón y agua. Definitivamente no lo había pensado muy bien, porque al instante se hizo presente un fuerte ardor en sus ojos.

-¡Jodido Dios! ¡Duele! ¡¿Qué mierda te sucede?! ¡Me espantaste! ¡Auch! – Louis gritaba con los ojos cerrados a causa del dolor, se removía de un lado a otro buscando algo con que limpiarse el rostro y quitar todo el jabón de él. Harry se reía descontroladamente por la desesperación de Louis, no pensaba ayudarlo, verlo sufrir era más entretenido.

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⏰ Última actualización: Sep 22, 2016 ⏰

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