"Hoy en la madrugada, despierto, mirando por la ventana, me recordé a mi, esperando tu llegada"
El teléfono sonó y fui a cogerlo sin despegar la mirada de la calle solitaria, terminando la quinta taza de café cargado. Eran casi las tres de la mañana y ella no llegaba.
-¿Hola? -Contesté mordiendo mis cortas uñas y estirando una pequeña piel de mi dedo indice.
-¿Señor Moore? -La voz del otro lado habló con una seriedad sepulcral.
-Si, él habla. -Arranqué la piel con mis dientes. -¿Quien es? -
-Habla el oficial Collins, del departamento de transito. -Dijo. -Hablo porque su hija y su esposa han sufrido un accidente en carretera. -El mundo se me vino abajo.
-¿Q-que...? -Mis manos temblaron.
-Si, de vuelta a los suburbios. Parece que el conductor de una camioneta se durmió y choco con el auto. -
-¿E-ellas... Están bien? -
-Señor Moore. -El oficial hizo una breve pausa, silencio que me heló hasta los huesos, un vacío de ultra tumba. -El impacto fue certero. -Suspiró. -La pequeña murió. -El estómago se me revolvió y sentí la respiración irse.
-N-no, no puede ser, solo iban al mercado, ¡Está a putas dos cuadras, joder! ¡Es usted un mentiroso! ¡Voy a hablar con su jefe por dar información falsa! -Dejé caer la taza vacía que se rompió en pequeñas partes cuando se estrelló contra el suelo.
-Llegará una patrulla a su casa para traerlo hasta aquí. -Y sin más la llamada acabó.
"Hoy en la madrugada recordé como mi vida empezaba a perder sentido"