Capítulo 2.

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Al llegar a casa Enna se encontró a su madre completamente alborotada y fuera de sí, no es que a ella le pareciese indiferente pero esa situación se había dado ya en tantas circunstancias que al final una se acababa acostumbrando, aún así, había que mostrar calidez.... Así que Enna puso una mueca de preocupación arqueando las cejas, frunciendo la frente y entre abriendo la boca y prosiguió con la típica pregunta...
- ¿Que ocurre mamá? - Aún ya sabiendo que ocurría.
- Que no ocurre hija.... ¡Que no ocurre! Tu padre está desaparecido en combate otra vez.... y hoy viene toda la familia - Dijo con tono de desesperación.
- ¿Y que quieres que haga yo mamá? - Preguntó Enna.
- Pues tu vete arreglandote y ponte guapa, no quiero que tu familia te vea con esas pintas... - Respondió la madre.
Para Enna eso no eran pintas, era su estilo, pero sabía que eso con su madre era una batalla perdida, ella sabía como su madre quería verla, así que para no entrar en más discursiones decidió ponerse como los demás deseaban verla.
Enna se miró al espejo y contempló como este año el verano le estaba oscureciendo la piel más que de costumbre, eso le gustaba... se veía bien. Se contempló un buen rato en el espejo, observando su cara redonda a pesar de estar delgadita, observando su pelo negro liso y largo que ya le llegaba por la cintura, observando sus grandes ojos color marrón clarito, sus pequeños labios rosados... observando como se había quedado pequeña, porque a pesar de tener 16 años, seguía midiendo 1'52..... La gente decía que era muy guapa, pero ella no se veía así, nunca se había visto así, siempre se creyó la más fea de las feas por su baja autoestima y ahora que ya había controlado un poco ese tema se veía una chica del montón, normal, corriente, sin nada por lo que destacar, en resumen.... aburrida.
Enna se dispuso a desvestirse para volver a vestirse como todos deseaban "soy yo no ellos, debería ser yo la que decide que ponerme como ponerme y cuando ponerme, pero no" los pensamientos resonaban en su cabeza, se dirigió al armario y cogió un vestido corto de vuelo amarillo, dicen que el amarillo es el color de los locos, a Enna le encantaba el amarillo se sentía identificada con el. Se miró al espejo, estaba preciosa, no sabía cuántas veces se había mirado ya en el espejo, pero en ella era normal, era muy insegura, luego lo complementó con unos botines de tacón alto negros vaqueros y una gargantilla negra lisa.
Se volvió a mirar, fue al baño y se delineó bien el ojo, luego se echó rimel, se marcó la línea de abajo en los ojos con negro, luego se volvió a poner otra capa de rime, dejó secar y seguida otra más. No es que se maquillara en exceso, pero los ojos le perdían, le gustaba tener la mirada expresiva, oscura.... como si intentará imponer. Bajo a ver a su madre, odiaba esa casa, demasiado grande. Era demasiado grande.... Cuanto hubiera preferido un piso en la calle más potroñosa de una gran ciudad que una casa inmensa y lujosa en medio de un pueblo de quien sabe que en quien sabe donde.
- Mamá, ¿papá llegó ya?- Preguntó Enna.
- No hija, ya sabes que tu padre está muy liado con el trabajo.- Contestó la madre, su mirada calló en la bandeja de picar las verduras.... ¿para que ocultarlo más? ¿para que mentir? Se estaba engañando a ella misma, la estaba engañando a su hija. Pero no podía destrozar una familia después de tanto tiempo, ya no había por qué, era mejor no tocar las cosas.
En cuanto a Enna "trabajo" era una palabra ya con doble sentido para ella, aunque se hiciera la tonta sabía perfectamente que su padre no estaba en el trabajo y sabía perfectamente que su madre lo sabía, pero lo dejaba estar, si su padre era tan sinvergüenza  de verse con otra mujer y engañar a su esposa y traicionar a su hija, muy bien, que lo hiciera. Y si su madre era tan tonta como para no hacerse valer y dejar su orgullo por los suelos, muy bien, que lo hiciera. Se denominaba familia, pero eso desapareció hace tiempo....
- Por cierto Enna, invite a el vecino, así os podéis conocer más e igual entablado relación. - Comentó la madre.
- ¿Martín? ¿No se suponía que era una cena "familiar" mamá? - Comentó con sarcasmo la hija, sabía que a su madre le dolía pero a veces no lo podía evitar, sentía que todo era tan falso, muchas veces se creía que era una actriz dentro de una película y que tenía que seguir el rollo. Actuar. Como hacían todos, eso le aliviaba el dolor por momentos....
- Pero Enna hija, no te quejes tanto, si no es por una cosa es por otra, que si no hay nadie de tu edad y ahora... que es familiar y no tiene que venir Martín. - Le reprochaba la madre.
- Que si mamá, que si. ¡Ah! ¿Lorena? Su hermana.... ¿vendrá? - Pregunto Enna con cierto resquemor por lo ocurrido por la mañana.
- No dijo nada, pero estuve hablando con sus padres y me dijeron que estaba pasando por una mala racha y que lo más probable sería que no contasemos con ella. - Aclaró la madre.
- ¿ Que tipo de mala racha?- Preguntó Enna con curiosidad.
- No dijeron pero si que por eso vinieron a Greensvillage, para dejar atrás lo malo. - La dijo.
- ¡Si la subnormalidad! No te jode .... - Gritó Enna.
- Jovencita no hables así, no se de quien habrás sacado ese comportamiento pero yo no te enseñé a ser así - Recriminaba la madre.
- Papá "el ausente", de él es la culpa,el es el que me ens.... ROOOOONG.....ROOOOONG, sonó el timbre. Enna odiaba ese sonido, le dolían los sonidos, era como si estuviera hecho aposta para que la gente corriera a abrir la puerta con tal de no oír más ese ruido chirriante que se te mete en los oídos y y llega directamente al cerebro, tocaron tres veces, cosa que Enna no soportaba y menos con ese timbre, con una era suficiente, tres ya era meter prisa.
- ¡ Que ya va! - gritó de mala hostia.
Se puso de puntillas para asomarse por la mirilla y ahí estaban.... un montón de parejas compuestas por hombres repeinados hasta los pelos del bigote y de mujeres que de vez en cuando se les podía observar que detrás de toda esa capa de maquillaje había carne, aunque eso solía ser imposible, estaba demasiado al fondo. Todos ellos esperando a que una chica llamada Enna les abriera la puerta con una encantadora sonrisa, para llenarla de bonitos cumplidos que demostraban lo hipócritas que eran, ya que horas antes cada uno en su casa la había nombrado de todo menos bonita.....
- Mamá, ya están- Dijo Enna.
- Pues abre cariño, a que esperas.- Contestó la madre.
"A pegarme un tiro.... pensó Enna por dentro, la había llamado "cariño" la sesión de teatro había empezado, todas las máscaras estaban puestas, sólo había que abrir esa pesada y gran puerta y empezar a soltar mentiras por la boca como si por ello te perdonarán la vida. Y Enna abrió la puerta muy lentamente.... como si el mal se escondiera detrás.....

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⏰ Última actualización: Sep 24, 2016 ⏰

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