No solía creer en Dios

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Writing; stilinskimalinsk

Summary; Stiles nunca realmente ha creído en Dios, pero él si cree en una especie de poder cuando esta junto a Lydia.

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Stiles nunca realmente creyó en Dios, pero vaya que si creyó en algún tipo de poder superior cuando estaba con Lydia. Cuando ella era la que gemía su nombre en voz baja mientras el daba vueltas sobre la cama. Ese sonido proveniente de sus labios, debía ser un tipo de oración, por que la verdad es que jamás escucho tal sonido. La forma en la que la chica se arqueaba mediante su toque, o los jadeos que soltaba sobre sus movimientos, todo eso era un espectáculo digno de ver. La forma en la que la chica se ve cuando finalmente llega, tan hermosa y vulnerable, con las mejillas encendidas y la cabeza echada hacía atrás. Si es que eso no lo hizo creer en Dios, no sabía que lo hacía.

"Stiles" Jadeó ella mientras se movía dentro y fuera de ella en un ritmo dolorosamente lento "Stiles" volvió a jadear ella, esta vez aumentando el ritmo y moviéndose con fuerza sobre él.

"Hmm" Él respondió al verla moviendo su cuerpo ligeramente por encima de él. A él le gustaba concentrarse en la forma que su pecho se movía de arriba y abajo, más rápido y más rápido a medida que llego a su fin. Se centró en la capa de sudor formándose en su cuerpo, mientras él comenzaría a apretar el paso. Se centró en su mandíbula floja, que se mantenía expuesta, claro al abrir la boca esta se mantenía sumamente débil. Frunció el ceño cuando la chica cayo sobre él. Dejó que sus manos recorrieran desde sus muslos hasta las caderas, la espalda hasta los hombros, el vientre hasta lo pechos. 

Se sentía como tomar el sol al verla de esa manera. Él observaba a desdoblar con su labio inferior trazada entre sus dientes y sus ojos fijos en su hermoso rostro. Ella jadeaba y gemía a medida que este se acercaba y se venían juntos.

Él amaba la forma en la que ella se venía. Era algo más, era algo diferente. La forma hacía que todo su cuerpo se tensara y luego que dejará ir todo a la vez. La forma en la que agarraba sus hombros con tanta fuerza que hacía que su piel se impregnara de marcas rojas y de sudor, por supuesto. Le encantaba la forma en la que ella gritaba su nombré cuando él golpeó cierta parte dentro de ella. Ella siempre parecía estar al borde de las lágrimas, como si siempre cada toque que Stiles le daba era demasiado para ella, eso quería demostrarle y eso a él le encantaba. Había dejado que estos gemidos mezclados con el nombre del otro fueran su perdición, la de ambos. 

Su favorito era cuando él hacía llegar una mano hacía abajo y la frotaba en su punto más sensible, empujándola y haciendo que pierda la cordura total de su cuerpo y que los espasmos gritarán que ella no podía aguantarlo más.

"No-No más," Había tartamudean y luego ella golpeó su mano sobre su pecho y puso sus caderas hacia él. "D-Dios-S Stiles, por favor." Empezó a quejarse dejando escapar un gemido entrecortado. Él lo haría. Haría que venga de nuevo con sólo un movimiento de su muñeca, que la enviaría dando bandazos hacia delante, lanzando sus brazos alrededor de su cuello mientras subía a cabo su segundo orgasmo. "Oh-Oh, Dios." Ella arrastraba a cabo mientras se hipo y se movió por encima de él. Acababa de darles la vuelta por lo que estaba por encima de ella, y se retiraría lentamente fuera de ella. Ambos habían gemido cuando se deslizó fuera de ella y que había dejado escapar una pequeña risa mientras su cuerpo dejó escapar una pequeña convulsión.

Sus ojos se cerraron y una mano se apoyó en su pecho mientras trataba de controlar su respiración. Después de un minuto o dos que ella por fin abrió los ojos y giró para mirarlo. Empezó reír y llegar hasta darle un beso, presionando una mano a la mejilla. Fue un beso profundo lento, nadie en realidad creería que un beso así ocurrió después de un intenso orgasmo. Pero sí, siempre lo hacía.

Amaba la forma en que se veía después de que ella llegó. Era algo más. Su pelo sería una maraña, con las mejillas rosadas y cuello lleno de marcas que tenían su nombre impregnado, su piel brillante y su sonrisa amplia y luminosa. Cuando ella volvía del baño y acurrucarse junto a él para abrazarlo, es cuando él sabía que había algún tipo de Dios. Tenía que haber. Tenía que haber alguien allá arriba que permitía a las estrellas alinear y que jugaba para que sus deseos se cumplieran para que él este con Lydia. No sólo en momentos como este en el que están juntos desnudos y se demuestran al otro cuanto necesitan llegar a un punto extremo, pero los tiempos en los que estaban sentados uno frente al otro a estudiar o explicar las teorías entre sí, esas eran las veces que había agradecido que haya un Dios haya arriba cumpliendo sus deseos con Lydia Martín.

Stiles únicamente sintió lo que la religión era cuando estaba junto a Lydia.

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⏰ Última actualización: Sep 24, 2016 ⏰

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