May Angels Lead You In

El cielo se veía triste. Gigantescas nubes grisáceas cubrían la ciudad. No se habían pronosticado lluvias pero algo le decía que dentro de poco, como lágrimas artificiales, aparecían denotando el estado anímico de su alma. Casi como si el mundo compartiera la misma desdicha y desgracia.

Los había perdido a ambos. Las únicas dos personas que lograban imprimirle a su vida un poco de sentido y lucidez.

Tony y Natasha no regresarían, eso era un hecho que aún se negaba a aceptar. Una victoria con sabor amargo a costa de la vida de aquellos a quienes amaba.

Y estando allí frente a sus lápidas, creyéndose fuerte, aparentando una fortaleza con la que obviamente no contaba, se repetía que debía resistir.

Sobre todo por el adolescente llorando frente a él. Si bien, Peter nunca compartió un vínculo de sangre con Stark, vaya que sabía del  impacto que había tenido en su vida. De no haberse adelantado, Steve estaba seguro que los dos hubieran podido enseñarle tanto al joven super héroe. Como dos padres cuidando y velando por su hijo.

El vacío de su corazón simplemente no podía ser saciado con nada, era como si una parte de él hubiese muerto también.

Y sí, tenía al resto del equipo de los vengadores, y sobre todo a Bucky y Sam que estaban allí para apoyarlo incondicionalmente.

Sin embargo, ninguno de ellos lograría entender el tipo de relación que había forjado con la espía rusa y el apasionado futurista.

Bucky, por ejemplo, era aquella parte de su vida que le recordaba a su pasado, los viejos tiempos. Una amistad sólida que estaba seguro duraría por siempre.

Más con Tony y Natasha era muy diferente. Los dos representaban su futuro.

Contribuyeron a moldear la persona que era actualmente en el presente. Cada uno formó parte vital en su camino por la vida, orientándolo, enseñándole, haciéndolo un mejor ser humano.

Natasha fue mucho más que una compañera de trabajo, era su mejor amiga. Su confidente y salvadora en múltiples ocasiones. A pesar de empezar como dos extraños conviviendo más por deber que por necesidad, con los años terminaron consolidando una verdadera amistad basada en la confianza y cariño mutuo.

Sus palabras seguían resonando con fuerza en su cabeza sin intención de detenerse. 

"Todos aquí hablan de ti..." 

"Si yo fuera tú no lo haría, Cap"

"Pensé que sabía para quién estaba diciendo mentiras, pero... supongo que ya no puedo notar la diferencia..."

"Te debo una. Si fuera al revés, y dependiera de mí salvar tu vida y, quiero que seas honesto conmigo, ¿confiarías en mí para hacerlo?.."

"¿Nadie especial?"

"¿Quién puedo ser para ti?"