Ir al gimnasio con Maya se volvió una costumbre, al igual que mi olvido por comer.
Poco a poco me acostumbre a las comidas ligeras y a no comer.
Por alguna razón comencé a escuchar comentarios, sentí que lo que hacía no era suficiente ,me veía al espejo igual o peor que al inició.-Mira todas esas llantas que asco.
-Estas hecha una cerda.
-¡ESTAS GORDA!
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¿Y Tu Cuerpo?
KurzgeschichtenUna chica que tiene una familia y amistades un tanto peculiares. El físico ¿Lo es todo? (Historia corta)