III

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¿Fue una cita? No realmente. Definitivamente no. ¿Amor? Ni siquiera una coquetería infantil. ¡Ingenua Cheryl! Históricamente una reina gobierna mejor sin un rey a su lado. ¿¡Quién habló de matrimonio!? Es un forajido, un extraño.

—Un milagro, Cherry. Han cancelado la reunión para repasar el guion.

—¿Somos libres?

—Tanto como una gaviota o una divorciada —festejó Jess, una buena amiga suya con la que compartía reflectores. Las chicas de la época querían tener un vínculo tan irrompible como ellas, cuando realmente la química de su amistad desaprecia poco a poco.

Tomaron sus cosas y sin perder tiempo se dirigieron al lugar de reunión predilecto de las mujeres en Ochiés: Helen & Andrómeda. Mientras los hombres lo tachaban como una restaurante (y bar) cualquiera y demasiado ostentoso; las clientes adoraban tomar la merienda ahí.

Con techo de cristal, arcos de flores en la entrada, a un lado una pequeña panadería, escaleras anchas para pasar al segundo piso donde se encontraba el área para fumar. Las mesas de distintos tamaños estaban esparcidas por todo el lugar y platillos exquisitos eran servidos por jovencitas con trajes de encaje y delantal. Un lugar conservador pero elegante lleno de gente interesante, donde la mente femenina deseaba tener una cita romántica o alguna reunión privada con sus más cercanas amigas.

—Como te decía, se llama Esteban — continúa contando Jess una historia que Cheryl se sabía al derecho y al revés, pero no dijo nada. En su lugar se concentró en saborear la tartaleta de fruta y el delicioso omelet de queso que había ordenado—. Lo descubrí mirándome durante una cena en la casa de los Welch y creo que está enamorado de mí; digo una paraba de verme.

—Te acercaste hablarle, ¿cierto?

—¡Oh no! Él debe animarse a hacerlo — después de eso Cheryl cambió el tema. Ya demasiado irritada y aburrida, pero sin dejar de sonreír.

Laura era sumisa, enamoradiza y poseía una chispa falsa que atraía a la gente. Seguía las nuevas tendencias, sin tener idea alguna de quien era el diseñador o al menos, si reflejaba su forma de ser. No, no, no. Por otro lado, Mercury podía ser impulsiva, astuta y sensual; otras veces su corazón y el deseo de encontrar la felicidad tomaban en el control. Aunque como todo el mundo después de tocar el fondo alcanzó el éxito rotundo. Morfina para el cansancio, benzodiacepina para la ansiedad.

Era como si una versión rubia de Audrey Hepburn y una Brigitte Bardot con carácter algo plástico fueran amigas.

—¿Y tú? ¿Cómo has estado? ¿Has encontrado a alguien al fin?

—Impertinente —gruñó la voz de su cabeza.

—No, el día tiene muy pocas horas para que haya encontrado alguien digna de mi compañía y yo digna de la suya.

Con esa declaración le calló la boca a Jess y decidió quejarse de su copa de frutas. En cuanto a las palabras de Cheryl, eran ciertas pero su significado no era literal. Cheryl Mercury estaba de luto, o mejor dicho la muerte no la dejaba en paz. Fue su culpa. No fue su intención. Es mala. Es frágil. Cheryl no pudo salvar a Matt.

 Cheryl no pudo salvar a Matt

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⏰ Última actualización: Sep 25, 2016 ⏰

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