Undertale : El último reinicio

two shot

Paso unos días con los esqueletos, tras la primera noche Sans se mostró diferente. Más cariñoso, más protector, totalmente diferente a como había sido desde el reinicio. A su carácter apático. Parecía haber recordado, lo que no comprendía era el motivo por el cual se mostraba así de ¿cariñoso? Frisk esperaba un “bad time”.
- ¡coff coff! - Un ligero escalofrío recorrió a la niña, los esqueletos eran simpáticos pero su falta de piel hacia su casa fría.
- ¡Mi niño!¡Estas enferma! - volvió a toser y continuó su camino por las ruinas hacia la cocina. Hizo un gesto indicando que estaba bien y la mayor hizo un gesto torcido dudando.
La verdad es que no se encontraba demasiado bien, pero era algo soportable, nada que por lo que debiera molestar a Toriel.
Toriel continuo con lo que estaba haciendo, parecía limpiar, paró a mirar su agenda algo preocupada.
- Oh mi niño no puedo dejarte sola no hoy - Parecía hablar sola mientra enviaba mensajes con su móvil que pareció ser respondido inmediatamente. Frisk debió haber sospechado en aquel momento que algo así podía suceder. Seguido sonó la puerta.
- ¡Heyy kiddo! El tito Sans viene a cuidarte - Solo por su expresión entre risueña y divertida ya podía saber que algo acabaría pasando aunque quizás por su estado no pudo verlo.

Extrañamente Sans había traído algunos libros y estaba leyendo un poco a su manera, añadiendo chistes malos y frases sinsentido para "alegrar las lecturas" . Conforme pasaban los minutos ella se encontraba peor, tenía calor y frío a las vez, estaba sudando y se sentía débil. Sans parecía no darse cuenta, seguramente por su falta de piel no lo notaba aun estando ambos en el mismo sillón. Se acercó un poco más a él buscando inútilmente calor, el sillón era estrecho y aun así se sentía helada.
- ¿kiddo? - El esqueleto paró de leer para mirar a la niña y pareció sorprenderse - No tienes buen aspecto - Frisk comenzó a temblar y cayó sobre su regazo - ¡Frisk! - se encogió buscando calor.

Amargo. Un líquido se deslizaba por su garganta. Respiraba con pesadez y le dolía el cuerpo. Tiritaba intermitentemente y alguien la arropaba mientras cambiaba el paño húmedo de su frente.
- Toriel me va a arrancar la cabeza heh - Era Sans y parecía hablar solo - Me has asustado - acarició los mechones húmedos de la chica y toco su frente aunque suspiró sabiendo que era inútil. - Podrías haber avisado o algo antes de llegar a esto - Frisk tosió, Sans parecía algo inexperto en estos temas y no sabia muy bien como reaccionar - ¿estas despierta?¿necesitas algo? - Abrió los ojos lentamente, Sans le miraba algo cansado de la situación - ah claro no hablas... ¿Agua? - Frisk negó con la cabeza. No es que no quisiera hablarle... Es que prefería no entablar amistad, porque cada vez que se acercaban recordaba todas las cosas horribles que había hecho, no creía poder hablarles. Mucho menos a el, que fue quien sufrió asta el final. - ¿Segura? Pareces acalorada estas... Ardiendo hasta los huesos - Sonrió más y sacó el libro que estaba leyendo antes - ¿Quieres que termine de leerte el libro? - Frisk se acurrucó y se cubrió negándose volvió a toser.
El móvil de Sans sonó y este hizo un gesto de espera mientras salía, tardo apenas unos minutos en volver.
- Creo que esta noche me quedo a dormir aquí... Parece que hay una tormenta de nieve en Snowdin - Colgó su teléfono y amplió la sonrisa y se sentó en el borde de la cama - Después de todo, dormir es lo que mejor que se me da. Puedo hacerlo hasta con los ojos cerrados - Frisk reia por lo bajo y Sans reía también. Se encontraba un poco mejor - Enserio. No me canso de hacerlo - Acarició la frente de la chica y le giño un ojo en tono burlesco - Me alegra saber que recuerdas como reír. Aunque empiezo a sentirme ofendido por tu silencio, entiendo que mis chistes son malos pero no lo creo tan grave. - Esa actitud tontorrona de Sans siempre le hizo bajar la guardia. Esa fue su perdición en la anterior línea temporal. Sans... Le perdonó y ella pretendía hacer lo mismo. Estaba cansada, ignoró por completo al otro y se volteó. - ¡No me ignores! - Se cubrió con la manta y el rió mientras le sacudió un poco - ...Yo también me voy a dormir ya.