FIRE: El comienzo

3.

Este día Eric la había invitado a salir al cine, ella ansiosa -como muy pocas veces no pasaba- se despertó. Fue directo al baño con la toalla en su hombro, soñolientamente feliz, feliz de lo podría pasar aquel día, era un sábado aburrido cómo todos; Scarlett estaba en su asiento ya bañada con una sudadera color pastel azul y unos shorts con sus vans. Estaba desayunando con sus padres.
Su padre en ciertas ocasiones era una persona celosa sí se trataba de chicos que invitan a su hija, eso no pasaba muy seguido y así querría seguir estando. Pero Scarlett tenía la cabeza en las estrellas, aquel hombre de no muy pensamientos tímidos la había invitado a salir, había hecho por primera vez que su corazón de un brinco de su lugar con solo decir su nombre. A pesar de que solo lo había conocido un solo día, ella pensaba que era un gran chico, ó eso parecía.
-Mamá, papá... Quería saber sí, ¿Me dejarían salir hoy al cine con-Scarlett lo repensó varios segundos, ellos no la dejarían por más que rogara su vida en ello-, con mis amigas?-mintió.
Su padre le envió una mirada reprochadora.
-Por favor, hace mucho tiempo no voy al cine con mis amigas.
-Espero que no nos estés mintiendo.
-Por favor, ni que fuera Patch a llevarme al cine.
Los dos se habían enviado una mirada pensativa.
-Esta bien, te dejaremos-Dijo su madre, convencida-. Solo que, tienes que venir a las 10. ¿Bueno?
Ésta sonrió feliz y asintió.

Scarlett dejó su libro de lado cuidadosamente en la cama, eran las 6:30 de la tarde. Se le había pasado la hora rápidamente, fue a bañarse como un rayo.
Al terminar, buscó qué ponerse, no tenía nada que ponerse, ya salvo su remera a flores y su pantalón ajustado y su chaqueta favorita, y sin olvidar sus vans. Decidió por ello, fue a cambiarse y arreglarse, sentía tantos nervios.
Al terminar, agarró su bolso y metió las llaves de su casa y su teléfono y había agarrado el dinero que su padre le había dejado en la mesilla al lado del televisor.
-Adiós, los amo.-Dijo saliendo de su casa.

Sus padres se miraron entre sí, decidieron en percatarse de que su hija era su hija, jamás haría algo malo, y siguieron viendo la película.

Ellos habían dejado en quedar en el cine, y ella estaba allí, con frío esperándolo.

Una sombra la observaba curioso, sintiendo pena de lo que sus ojos observaban. Una chica bella, triste, esperando a un chico para ver una película de terror. Entonces el primer roce de lluvia, cayó por su hombro, éste vio su hombro confundido y entonces supo que iba a llover. Éste suspiro, -no iba a permitir que le pase lo que tuvo miedo, por varios años.-al igual que Scarlett, que estaba sentada en una silla al lado del cine. Jamás había sentido nada por ningún chico ni tampoco aceptar ninguna de sus bromas y engaños por miedo a lo que estaba pasando ahora mismo.
Ella se percató que estaba lloviendo a todo, estaba tan triste y tan enojado, iba a agarrar su teléfono pero éste al sentir el agua caer sobre este, no dejaba que funcionará con control.
Se fue caminando.
Un auto se detenía tras ella, alguien había tocado bocina. Ella pensó seguir caminando, hasta que este se detuvo en dónde ella estaba parada.
-Hola, Alicia. ¿Aún sigues perdida?
-Déjame en paz. No estoy para juegos.
-¿Te llevó?
-Mi mamá me dijo que no tengo que salir con extraños.
-Pero sin embargo saliste con mi hermano.
-Touché.-murmuró Scarlett.
-Anda, sube.
Ella subió.
Este en todo camino no le había dicho una sola palabra, se sentía incómoda ante el silencio, pero vio hacia la ventana, no podía ver nada por dos razones. Una, estaba borroso por la lluvia y era de noche.
-¿Acostumbras en confiar en la amabilidad de los extraños, pequeña Carmen?
-Era Alicia y...¿Ahora Carmen?
Este dejó soltar una risita.
-Irónico, ¿cierto?
-Es aquí.-Dijo Scarlett apuntando con el dedo.
Este giro hacia la izquierda y se paró en una casa.
Ella bajo, pero se paró a unos pasos y se dio la vuelta.
-Gracias...
-No tienes por qué.