Tres

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Segunda nota:

Era un día gris para Jal, que le ha pasado?

Pues su padre murió, no resistió esa enfermedad, pobre chica, ¿todo tenía que pasarle a ella? No se lo merecía, ella era demaciado buena, tan pura, tan dulce, no se lo merecía...

Y la historia se repite... Jal llegaba del recreo como siempre, la aburrida clase de matemáticas, encima debía soportar la idea de llegar a casa y que nadie la reciba ¿Pero su madre? Ella se fue de casa cuando Jal era apenas una pequeña niña.

Sus ojos marrones estaban rojizos, sus oscuras ojeras en su piel pálida y su cabello despeinado la hacían parecer un fantasma, pero a mí siempre me gustó y creo que se ve hermosa de todos modos.

Estaba dispuesta a sentarse cuando vio algo que le iluminó su pálido rostro, era otra nota, esbozó una pequeña sonrisa, ella la leyó:

Querida Jal:

No estás sola. Lamento lo ocurrido pero recuerda, siempre podrás confiar en mí.

Otra vez, la carta no tenía firma, miró a todos lados pero nadie parecía haber notado su mal estar o su nota así que se sentó.

Jal sonrió, era tan hermosa, sus dientes blancos le daban tanta belleza a su cara que era imposible no mirarla, estaba atontado con su hermosura.

Jal soltó una lágrima luego de leer la carta, ¿Querrá conocerme? ¿Y si no le gusto? ¿Y si la decepciona ver como soy? ¿Y si le doy miedo?
Estas preguntas torturan mi mente a diario.

The Axe [Ticci Toby]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora