Los inapropiados

27 0 0
                                    

El sol de la tarde caía sobre los largos y castaños cabellos de Meile; estaba en el valle, cerca del hospital a donde iba cada tarde a cuidar enfermos que vivían en la calle o en malas condiciones. Junto a ella estaba su mejor amiga.

-Cada vez están peor- dijo Dalya con el rostro enfurecido.

Meile siguió ensimismada, mirando el valle y las flores plantadas allí meses atrás; unas flores hermosas que cambiaban de color dependiendo la luz del sol, como eran las cinco de la tarde, las flores estaban de color violeta.

-Meile...-Dalya habló de nuevo para llamar la atención de ella- Si lo sé, es increíble como el maldito gobierno se preocupa más por crear inservibles flores que más medicamentos para los hospitales del país.

- ¿Qué? - volvió a caer en cuenta de que estaba acompañada- Ah sí... si es asqueroso.

-Te decía que cada vez están peor, ya sabes, los enfermos; es insoportable tener que verlos y luego ir a la comodidad de mi hogar.

Dalya tenía razón, excepto en una cosa: no había ninguna comodidad en su hogar; "comodidad" era tener exactamente lo necesario para sobrevivir, de resto. Había más comodidades en la ciudad que en los hogares.

-Sí, tienes razón; creo que es hora de que vayamos a nuestra casa.

- ¿te parece si nos vamos por el callejón Rodio? Hoy fue día de entrega.

- ¿Si? - preguntó Meile- El hecho de no estar estudiando me hace perder la noción del tiempo.

-Sí, estamos al decimoquinto día del mes, hoy son las entregas en Europa; odio tener que ver en las pantallas de la ciudad esas tontas entregas, donde dan más a la gente que no es del país.

-Tienes razón.

-Meile... ¿Qué te pasa? - dijo después de un rato Dalya, su voz sonaba cansada, fastidiada. - esta distraída, mientras estábamos en el hospital estabas igual, enserio no me gusta quejarme sola.

Con una sonrisa trató de mejorar el humor de ella.

-Dalya perdóname, he estado preocupada por Chang, se pone más enferma y creo que va a morir. Creo que pediré medicamentos extra, iré a la mismo Centro de ciencias aplicadas.

Chag era una anciana que Meile había conocido un mes atrás, sufría de Alzheimer; estaba en la calle y no paraba de decir cosas incoherentes, aun así; Meile estaba tan conmovida que la interno en el hospital y la cuidaba cada día. Infortunadamente se contagió de algo y estaba demacrada, casi muerta.

Dalya soltó una triste sonrisa.

-Si también he visto a Chang mal, pero no puedes ir por allá.

- ¿Por qué no? - dijo Meile desafiante mientras se adentraban en el callejón- ¿tengo que seguir aguantándome las cochinadas que ese Centro hace y seguir callada, mientras una amiga mía muere?

-Vamos Mei, ni es tan amiga tuya.

Ese comentario, solo la enfureció más; no debió hacerlo, ya que a unos 970 kilómetros la estaban observando, precisamente desde ese mismo lugar al que ella deseaba ir a hacer frente.

Raquel miraba el holograma con la figura de dos muchachas, bastante osadas como para hablar así del gobierno, aun sabiendo que cada paso que daban era vigilado por ellos.

-No me gustan nada- dijo por fin.

-Raquel, no es si te gustan o no, son necesarias- dijo Luis el encargado de las cámaras. Siempre evitaba que Raquel o algún otro miembro de El Ormm pasara a alguno de los cuartos donde vigilaban la ciudad central, precisamente porque la mayoría de ciudadanos hablaban despectivamente del gobierno incluso con palabras peores- Para Luis , ya sabes, estamos en tiempo de recolectas.

ORMM: Despues de la entropía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora