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Inglaterra - Londres 1850.

Rosaline, vamos; tu tío nos espera.

Salí de casa tranquila y feliz; pues era el día de mi veinteavo cumpleaños, por fin había llegado a esa edad.

Mi madre no paraba de molestar acerca de traer un prometido pronto e irme de la casa, como era común estos días. Como la menor de la familia Hamilton, no podía darme el lujo de seguir viviendo en la casa de mis padres, por temas sociales.

Llegamos a la casa de mi tío Wallace, quien era un poco mayor que mis hermanas y yo, pues, ya tenía 30 años. Nos adentramos en la casa y nos dispusimos a cenar, mis padres hablaban con él; quien nos contaba como iban sus negocios familiares, y como iban aumentando sus ganancias, mientras yo me aburría.

Me levanté de la mesa, cansada de escuchar aquellos temas tan banales, me dirigí caminando hacía el jardín de la bella casa, sentándome en aquella blanca y pulcra banca con mi libro en mano, "Orgullo y prejuicio". ¿Sería yo capaz de encontrar a alguien como el señor Darcy en mi vida?, de hecho tenía a alguien en mente; Gregory, hijo mayor de la familia Thompson, y quien había sido un amigo cercano a la familia desde siempre.

Lo conocía desde que tenía uso de razón era mayor que yo por cinco años, y era todo lo que yo buscaba en un hombre. Amable, soñador, justiciero; alguien con quien puedes tener charlas de lo que sea, y nada de banalidades, que, a final de cuentas nadie toma en cuenta.

El llamado de mi madre, hizo que volviera de mis pensamientos y me levantase de la banca, caminando nuevamente hacia la casa.

¿Qué ocurre?, madre, la veo muy feliz - dije adentrándome hacia la sala de estar, acomodándome en el sillón.

Nada malo, mi niña - dijo mi madre quién tenía una sonrisa de oreja a oreja; algo había hecho la conocía.

En ese momento mi tío entró en la sala, caminando como siempre y miró hacía nosotras con bastante serenidad; supongo que ya es hora de anunciarlo, dijo mirando a mi padre, quien ingresaba en la sala y asentía algo cansado con la cabeza.

¿Qué es lo está ocurriendo? - pregunté observando a mi padre y sonriendo.

Las palabras que salieron de su boca borraron mi sonrisa en cuestión de segundos.

Mi tío se acercó a mi y beso lentamente mi mejilla, ante la vista de mis padres.

Al alejarse sonriente, dio un aplauso y atrajo a su sirviente para que este nos sirva a todos una copa de vino.

Vamos a hacer un brindis por mi futura esposa - dijo él, una vez tenía las copas en la mano.

Miré a mi madre, quien traía la sonrisa más viva que le había visto en años, esto había sido obra suya.

Canadá - Vancouver 2016.

Que los cumpla feliz, que los cumpla feliz, que los sigas cumpliendo..

Mamá, por favor ya no cantes eso, ya tengo 20 años - dije mientras veía a mi madre colocando feliz la torta en la mesa.

Suspiré y sonreí, esperando que terminase con la canción.

Subí a mi cuarto y alisté mi bolso; tenía clases en la universidad, y no pensaba llegar tarde; además de que por fin hoy me iba a vivir sola a un departamento que quedaba más cerca a la universidad.

Salí de mi casa despidiéndome de mi madre y subiendo a mi auto; agradecía que hoy mi horario no fuese tan pesado, para poder terminar con la mudanza con tranquilidad.

Llegué a la universidad y estacioné, y bajé del carro, me dirigí directo a mi clase de marketing y me encontré con Rachelle, mi mejor amiga, quien ya me había guardado el asiento.

¿Qué me perdí? - le pregunto sacando mis cosas y colocándolas en la mesa.

Cómo que "¿qué me perdí?" - dijo imitando pésimamente mi voz - es tu cumpleaños, tarada.

Reí ante su mala imitación y acepté el abrazo que sabía estaba por llegar, cuando entró el profesor y empezó a dictar su clase nos separamos para tomar apuntes.

Las clases pasaron bastante rápido y yo con mi querida Rachelle al lado acompañándome todo el día. Fuimos a comprar comida a la cafetería y nos sentamos a hablar.

Bueno, la cosa es que, hoy hay fiesta - dijo Rachelle comiendo una porción de sus tallarines.

No, hoy no. Hoy me ibas a ayudar con la mudanza - dije mirándola.

Ay verdad, por qué justo hoy - se quejó.

Porque quería independizarme de una vez por todas - dije mirándola - tu debes entender, ya estás independizada.

Te hubieses mudado conmigo - se queja y toma un poco de su refresco.

Pero no era lo mismo a por fin vivir sola y valerme por mi misma - la miro y ella suspira.

Salimos de la cafetería y fuimos a nuestra otra clase.

Así concurrió el día, lleno de clases y trabajos grupales. Salimos de la universidad y fuimos directo a mi nuevo departamento, para terminar de firmar los papeles de propiedad.

Cuando terminamos todo, ya había llegado el camión con mis cosas; así que empezamos a subirlas todas, a donde sería mi nuevo hogar.

Fue una tarde bastante larga, y no terminamos de desempacar todo, Rachelle se tenía que ir, quedamos en que mañana lo terminaríamos.

Cuando la despedí, vi llegar a mi nuevo vecino, alto, castaño y unos muy bellos ojos celestes, estaba entrando a su casa; así que simplemente le sonreí amablemente, en forma de saludo y él hizo lo mismo para después entrar en su casa. Que hermosa sonrisa.

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Fin del capítulo 1.

Espero les gustase y lo entendieran. Más adelante creo que lo entenderán mejor.

No se olviden comentar, votar y si les gusta, por favor, recomiendenla.

Los amo, nos leemos luego

DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora