Nadie sabe realmente cómo ni cuando o el porqué. Pero es verdad, ellos están entre nosotros. Son seres aborrecibles, caníbales, lo peor que te podría pasar es toparte con uno de ellos. Algunas leyendas dicen que solían ser como los seres humanos. Los viejos sabios dicen que los Wendigos en una época fueron humanos, camuflados en nuestro entorno. Pero el día que todas las criaturas sobrenaturales que habitaban la tierra decidieron dejar de esconderse y dominar la tierra, sacaron lo peor de si.
Vivimos en una época donde la sociedad esta corrompida, las paredes se caen a pedazos, los niños portan armas como de si juguetes se tratarán. Los jóvenes aprenden a disparar antes de a caminar. Este es el mundo de hoy, ser cazador o ser cazado. Pero los Wendigos solo habitan mi pueblo, asesinos que habitan la noche llenando de terror nuestros hogares, pero en cada lugar habitan diferentes seres.
¿Raro? Lo sé. ¿Fantasioso? Tal vez.
Pero ésta es nuestra realidad, nadie esta seguro en ningún lado. Los libros de terror escritos por nuestros antepasados son nuestro día a día.
Creo que estoy divagando demasiado, puede que el miedo este afectando mi subconsciente. La misión que me impuse hoy es aventurarme a las cuevas de los Wendigos. La idea me aterra. Estuve todo el día de ayer preparando meticulosamente cada artefacto, armas y provisiones que pueda llegar a necesitar una ves dentro. Necesitaba encontrarlo, él era lo único que me quedaba en este mundo, lo mas preciado para mi. Mi pequeño hermano menor fue raptado por unos de ellos.
—Todo esto paso por mi culpa—gire mi cabeza tronando las vertebras del mismo.
Necesitaba calmarme. Existía la posibilidad, aunque fuese mínima de que el estuviera bien. Mis compañeros de casa me decían loco, que debía darlo por muerto.
Nunca podría hacer eso.
Luego de estar un par de horas caminando por el denso bosque me tope con la entrada. ¿Como me podía dar cuenta? Fácil, el cementerio de huesos que esta disperso a su alrededor era mas evidente que un cartel de luces de neón. El ocaso me informaba que no me quedaba mucho tiempo, antes de introducirme dentro debía camuflar mi esencia. Esas bestias podían comer cualquier tipo de carne humana, pero odiaban la sangre animal. Saqué el bote de sangre de ciervo que traía y me embadurne en ella. Tenía que estar completamente empapado para que no detectaran mi olor, por lo que aparte de tener que bañarme en sangre de animal muerto, tenía que estar en descomposición. Nunca antes había necesitado camuflarme por lo que esta era mi primera vez. El olor me provocaba nauseas, tenía que retener las ganas inminentes de vomitar. Miré por última vez la luz del ocaso, el cielo se apaciguaba en un acogedor color anaranjado.
Acomodé mi mochila, me coloqué los lentes de visión nocturna y una vez con arma en mano me introduje dentro de la cueva. Debía estar atento, evitar hacer hasta el mas mínimo ruido. Mi nivel de sigilo debía estar al máximo. Por dentro de las cuevas se encontraba una inmensa cantidad de pasadizos, en otra palabras era un laberinto de primera categoría. Para evitar perderme y además poder salir de la misma tendría que escribir marcas en las paredes. Esperaba que con lo que me topara dentro me lo permitiera.
No había avanzado ni un cuarto de metro cuando un Wendigo pasa al lado mío. Me paralicé. Tenía que permanecer inmóvil, bajar mi ritmo cardíaco y mi respiración. Su horrenda cara se aproximó a mi, mediá mas que yo, sin contar su postura curvada calculo que parado correctamente debía alcanzar los dos metros y medio fácilmente. Sus ojos eran completamente blancos, calculo por el hecho de vivir en una cueva no le debían de ser de mucha utilidad; no poseía labios, solo unos dientes largos y afilados que sobresalían de su rostro. Se quedó olfateándome un cuarto de minuto y se alejó rápidamente, asqueado por mi olor a mi parecer. El caminar ya no parecía una buena opción, me agache meticulosamente hasta llegar al suelo y comencé a gatear.
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El fin
FantasyEn un futuro post-apocalíptico, donde la raza humana se esfuerza día a día para sobrevivir. Exequiel un cazador experimentado se adentra hacia la mas temible aventura que jamas logro imaginar, solamente para rescatar lo mas preciado para él. Su herm...