Hatake Kakashi sabía que había momentos, preguntas y/o afirmaciones que te cambiaban la vida, algunas veces para bien, otras para mal; de lo que estaba seguro era que eran completamente inevitables.
"Quisiera pedir la mano de su hija, Sr. Hatake-sama"
La seriedad reflejada en el rostro del chico que se encontraba de pie en el portal de su hogar era el claro indicio de que este era uno de esos momentos y sin lugar a dudas el momento que deseo jamás llegara, así que como buen hombre que era le cerró la puerta en la cara y procedió a su rutina matutina como si nada hubiese pasado.
Dio un sorbo a su taza de delicioso y humeante café, tomo asiento en su sofá favorito y continúo con su lectura justo donde le había dejado la noche anterior, no había nada como una buena taza de café y un poco de romance fuerte que no pudiesen arreglar esa mañana.
"¿Quién era, cariño?"
Inquirió desde la cocina la melodiosa voz de su amada esposa, el aroma a pancakes recién hechos inundaba ya toda la casa.
"Dirección equivocada"
Fue toda su respuesta, en ningún momento su voz denoto lo fastidiado que se sentía, mas sin embargo el incesante toqueteo de la puerta traiciono su respuesta.
"Es Sakata kun, ¿verdad?"
Más que una pregunta había sido una afirmación, además que de que estaba completamente seguro de que su mujer le estaba fulminando con la mirada, no importaba que hubiese una pared de por medio.
"¡Hatake Kakashi! ¡Deja al pobre muchacho en paz!"
Le regaño Sakura mientras salía de la cocina limpiándose las manos con el delantal, en definitiva nunca pasaba nada bueno, al menos para el cuándo ella lo llamaba por su nombre completo, con un suspiro pesado se vio obligado a dejar su lectura y café en la mesita de la sala, y con aun mas hastió se dirigió nuevamente a la puerta, abriéndola de mala gana y dedicándole una dura mirada al muchacho frente que solo pudo tragar duro y seco.
"Por favor, Sr. Hatake sama permítame la mano de su hija en matrimonio"
Esa frasecita ya le zumbaba los oídos, una vez más que la escuchara y le achicharraba la lengua al muchacho frente a él, mas sin embargo para su desgracia el dicho muchacho caía en las gracias de su amada esposa.
"¡Oh! Cariño, ¿has escuchado eso? ¡Es maravilloso! Por favor pasa Gin chan"
¡Claro que lo había escuchado! Con un demonio y ahora estaba obligado a dejarlo pasar, y dedicándole la más dura mirada que pudo concebir se hizo a un costado y le dejo pasar, mientras Sakura lo invitaba a sentarse en su sillón favorito; ¡Genial! Primero quiere robarle a su hija y ahora quiere su sillón, ¿qué más quiere? ¿Su corazón en una bandeja de plata?
Y así mientras su mente maquinaba como nunca antes formas crueles de acabar con la mísera existencia del mozalbete sin dejar huellas de su autoría en la escena del crimen, no se había percatado que Sakura lo invitaba a sentarse junto a ella en el love seat frente a su sillón favorito.
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Momentos
FanfictionHatake Kakashi sabía que había momentos, preguntas y/o afirmaciones que te cambiaban la vida, algunas veces para bien, otras para mal; de lo que estaba seguro era que eran completamente inevitables.