—Vamos a probarlo ¡no seas así!— Le decía el muchacho de labios acorazonados al joven al lado de él.
—Pero Hyung yo no quiero, además está muy lejos—le respondió al más bajo, aunque al final sabía terminaría cediendo quería que le insistiera un poco más.
—Pero kyunnie—mencionó con un ligero puchero, cosa que hizo ruborizar al castaño que adoraba las acciones del mayor—sé que te va a gustar además no esta tan lejos.
—Está bien Hyung—le respondió con una sonrisa la cuál fue correspondida con otra por parte del mayor, quien tomándolo de la mano corrió hacía la nevería.
Kyuhyun solo podía observar al muchacho delante de él ¿acaso podría existir alguien más bello que Min? definitivamente no, su Sungmin era la persona más bella y especial que había en el mundo.
Desde la primera vez que lo vio entrar al salón como nuevo estudiante de intercambio supo que era diferente y cuando el pelinegro lo miró y le regaló una sonrisa (esas que lo caracterizan tanto) se sintió el idiota enamorado más grande del mundo; ahora se encontraba corriendo tomado de la mano de la persona más especial para él.
— ¡Llegamos!—dijo Sungmin algo agitado por todo lo que habían corrido.
Cuando entraron al pequeño local el empleado los recibió amablemente:
—hola jóvenes, ¿en qué puedo ayudarlos?
— ¡Por favor!—dijo Sungmin—denos dos helados del nuevo sabor que acaban de sacar.
Cuando el empleado les entregó los helados salieron y se sentaron en una banca en el parque frente a la nevería.Kyuhyun sólo observaba como su novio disfrutaba a mares el helado.
—Si no lo comes se derretirá—le dijo Sungmin señalando el helado que el castaño sujetaba en la mano.
—Pero es que ya te he dicho que yo no quiero.
—Entonces ¿porque me has dejado comprarlo?—interrogó Sungmin haciendo puchero.
—Por qué sé que cuando acabes el tuyo pedirás el mío.
Sungmin sólo le sonrió, rápidamente se acabó el poco helado que le quedaba y tomó el de Kyuhyun.
—No sabes de lo que te pierdes, ¿de verdad no quieres probarlo?— insistió una vez más el mayor.
De pronto, como si una luz iluminara su cabeza Kyuhyun le respondió.
—Está bien ¡sí quiero!
—Lo sabía—mencionó sungmin triunfante mientras le extendía el helado.
—Pero así no Min, así no quiero probarlo—dijo el castaño
—Entonces ¿cómo?—interrogó al castaño curioso, pero antes de que pudiera percatarse el más alto le embarró el helado en los labios y sin darle tiempo a más: lo besó, fue un beso lento, tierno, lleno de amor, amor que sentía hacia el mayor.
Lentamente se separó de él y al hacerlo se percató de que Sungmin se encontraba completamente ruborizado lo que causo ternura en él.
—Kyu...—le susurró.—Mmmmm Min, está delicioso—dijo haciéndose el inocente.
—Tonto—le respondió dándole un ligero golpe en el hombro tratando de parecer enfadado— así no vale
— ¿por qué no? hice lo que querías, probé el helado.
Sungmin levemente asintió, adoraba cuando Kyuhyun se comportaba de esa manera.
De camino a casa todo fue risa y alegría así se sentía cuando estaba con Kyuhyun.
A la despedida el más alto volvió a besarlo y sonrió, aún podía sentir el sabor del helado su Hyung tenía razón, era el mejor sabor y mezclado con el de sus labios era la perfección.
Kiwi con fresa sería su helado favorito de ahora en adelante, para siempre.
— ¿Hyung?—le dijo mientras lo besaba
— ¿Sí?—fue lo único que pudo decir Sungmin que se encontraba disfrutando de los mimos del castaño.
—Tenías razón... es el mejor sabor.
fin
demasiado cursi (?)