Llegamos a casa a las 12:30Hs donde mamá nos esperaba con el almuerzo listo, nos sentamos en nuestros respectivos lugares, papá le contó lo sucedido a mamá mientras yo me limitaba a comer.
Mamá al igual que papá amaban todas y cada una de sus creaciones por lo cual mi casa estaba llena de adornos construidos con madera, lana, barro, alambres, diarios, etc. Y como era de esperarse mamá enfureció ante la actitud de Harold. Si no fuese por papá probablemente mamá estaría conduciendo el auto en dirección al “serpentario” de la Familia Fox.
_Cielo tranquilízate, suelta esa sartén, no golpearas a Harry con eso. -decía mi padre tratando quitarle el “arma” mi madre, yo no podía evitar reír ante la escena, no me disgustaría ver esa sartén enterrada en el rostro de Harold o Hannah.
_ ¡No intentes detenerme Fausto! ¡Sophie tráeme las llaves del coche!-Augusta era una persona carácter explosivo, demasiado diría yo.
_Como quieras, recuerda golpear bien fuerte a Hannah, mami.- conteste yo alegremente mientras buscaba las llaves del coche.
_ ¡Sophie Rossetti! No ayudas para nada.- me recrimino mi padre.
_Por supuesto que sí, le traeré las llaves- le contradije.
Escuchamos la puerta principal abrirse fue entonces que dejamos de discutir para ver quien ingreso a nuestra casa sin autorización._ ¿Qué paso aquí? Escuche los gritos de August desde mi casa y me preocupe- era Susan quien tenía una pala en sus manos, al parecer venia preparada para utilizarla en casos de emergencia.
_Mamá quería las llaves del auto para ir al serpentario de los Fox para darle a Harold un sartenazo.-conteste a Susan con una gran sonrisa en el rostro.
_Oh, si ese es el caso ¡Yo te acompaño!-para ser la esposa de un abogado se mostraba bastante ¿fuera de la ley? Si eso, fuera de la ley.
_Ustedes dos no cambian-suspiro mi padre- tengo una idea mejor- las dos mujeres que se dirigían al coche de mi padre giraron para mirarlo a la cara.
_ ¿Cuál es?-pregunto mi madre curiosa.
_ ¿Por qué no van a des estresarse? Tengan mi tarjeta, cómprense algo bonito.- a ambas les brillaron ojos al ver el rectángulo de plástico.
Yo las observe decepcionada, ahí están mis heroínas hundiéndose en el consumismo. Mire a mi padre quien sonreía complacido por lo que había logrado.
_Esas mujeres te dejaran en banca rota-afirme, estando lejos de ellas y acercándome a mi papá.
_Prefiero eso, antes que verlas en tribunales por asesinar a Harold.
Lo observe un momento, papá tenía razón, mamá y Susan lo golpearían con una sartén y una pala; armas mortales en sus manos.
_ ¡Vamos Sophie! Aprovechemos para comprar lo necesario para el comienzo de clases.-Me grito mi madre ya fuera de nuestro hogar, me encamine hacia el coche y me senté en el asiento trasero porque Susan ocupo mi lugar de copiloto.
_August detente un momento en mi casa, buscare mi tarjeta.-le pidió Susan a mamá.
_Muy bien- dijo mi madre mientras estacionaba su coche frente a la casa de los Veracci.
Esperamos en el coche unos minutos mientras Susan buscaba su tarjeta, cuando me di cuenta que estaba sentada sobre algo, me corrí al costado para tomar el objeto, era mi libro mi amado libro, el cual me salvaría de escuchar las conversaciones de aquellas mujeres. Volví a posicionarme en el lugar que antes estuve ocupando cuando escuche la puerta del coche abrirse. Gire mi cabeza a la puerta que se abrió, era Christopher quien se sentó junto a mí.
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Bienvenida a la adolescencia Sophie Rossetti.
Teen FictionTener miedo de fallar, de ser ignorado, de no significar nada para nadie, que tu persona más querida te ignore... Esos sentimientos me inundan pero jamás lo digo porque si lo dijese probablemente se burlarían de mi o me tendrían lastima y no quiero...