Capítulo 2: ¿Secreto?

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Después de un rato llegué al salón donde la maestra me veía con tanta seriedad que en verdad... Me causaba miedo. Suponía que por ser el primer día, todos me miran como el bicho raro...
O eso creo.

Salimos al receso que sólo era de diez minutos y me senté en una banca fuera del salón para así beber mi jugo de arándanos. ¿Por qué es tan importante? Soy una vampiresa que no puede beber sangre, así que mi cuerpo no está bien alimentado y por ende, soy débil y mis hermanos dicen que con ese jugo, puedo suplir de alguna manera esa necesidad de sangre.

- Vaya... - Escuché una voz masculina y levanté la mirada.

Era un chico alto, de cabellos azules claros y ojos que le hacían juego, de tez blanca y una sonrisa un poco... Insinuante.

- Tú eres la hermana de los Kagamine, siempre me imaginé a alguien distinto... - se acercó a mi y abrió un poco mi boca - ¿Eh? ¿Por qué no tienes colmillos? ¿No eres un vampiro? - entonces él se acercó a mi cuello y me olió - Definitivamente si lo eres... Pero... ¿Qué es este aroma...? ¿Tú sangre quizá...? - susurró y escuché como sonreía.

- Déjame. - Le empujé lejos de mi, yo también podía defenderme.

El rió de manera sarcástica. - Ven.

Dijo para así jalarme de mi muñeca derecha; me arrastró hasta el laboratorio de ciencias al parecer y ahí, me agarró de los brazos para que no pudiera moverme.

- Debo averiguar si es tú sangre preciosa...

Yo estaba aterrada, ni siquiera me salían las palabras de lo asustada que estaba.

- De...Tente.... - Pude murmurar antes de que escuchara a aquel chico abrir su boca.

- ¿Qué está pasando aquí?

Volteé a mirar y era al parecer una maestra; cabello corto castaño, tez blanca, ojos marrones e intimidante mirada.

- Señor Mikuo Hatsune... - se acercó un poco más a nosotros - Le recuerdo que la señorita aquí presente es del clan Kagamine y no creo que usted quiera inconvenientes con su hermano Rei. ¿O me equivoco?

- No maestra... - Respondió entre murmuros y se alejó de mi.
- Bien, entonces salga de aquí y espere afuera de mi oficina para recibir su castigo. ¿Entiende lo que digo?

- Sí, maestra... - Se encogió de hombros y salió del lugar.

- ¿Está bien señorita? - ella se acercó a mi - Disculpe a ese chico, sabe bien las reglas de la escuela pero decidí intimidarlo con su hermano, espero no le moleste.

No podía hablar todavía, me temblaban las piernas y caí al suelo, era como si... Me hubiera congelado.

- Te llevaré a la enfermería... - me levantó en sus brazos y yo... Cerré los ojos.

Tal vez y probablemente reaccioné así debido a que... Es la primera vez que salgo fuera de la mansión, nunca me había relacionado con otras personas que no fueran mis hermanos. Yo estudiaba en casa y así no corría peligro de nada... Ahora lo entiendo.

Cuando estuve más tranquila y abrí los ojos, pude ver a Rei sentado al lado de mi cama leyendo un libro que más bien parecía una libreta. Levantó la mirada hacía mi y cerró el libro.

- Ya despertaste...

- ¿Qué me sucedió? - Giré la mirada hacía él mientras me sentaba.

- Sufriste de un colapso nervioso, estuviste rozando la inconsciencia y despertaste... - vio su reloj de bolsillo - Una hora después. - suspiró y colocó su mano con la mía - Es muy peligroso que estés aquí, ¿entiendes? Seguirás viendo clases en casa.

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