Una noche cualquiera, en un pub al que siempre solía ir acompañada de mi mejor amiga, Natalie, me encontraba yo, con un vestido negro, brillante, con escote y por encima de las rodillas, y un bolso a juego de Calvin Klein. Estaba cansadísima, mañana tenía que ir a un trabajo, que conseguí hace 3 días, al que me dedico de becaria, solo para conseguir un sueldo que no me llega ni para comprarme gominolas en una tienda de barrio, pero aún así, la "especialita" de mi amiga Natalie, me invitó a más y más rondas de cubatas, hasta que no veía tres en un burro.
Lo único que tuvo de bueno eso es el tío que me presentó, era demasiado majo y guapo, moreno, ojos marrones, nariz pequeña, y lucía un smoking negro y por dentro, una camisa blanca, al verlo sentí que volvía a mi niñez, cuando creían en cuentos de hadas, y en el amor a primera vista... No recuerdo bien como acabamos en mi casa, la verdad, pero creo que no debimos dormir demasiado... tan solo unas 2 horas...
Al día siguiente, a los pocos de despertarme miré para mi mesita, y noté que estaba sola, cosa que me extrañaba... así cogí mi móvil, eran las 13:23, iba a perder una reunión con la empresa "para vender" un producto si no iba volando, así que decidí levantarme y alistarme corriendo para luego salir, bueno... eso fue lo que pensé que iba a hacer porque al levantarme no podía con el dolor de cabeza, parecía que me iba a explotar, así que me volví a dormir hasta las 14:03, cuando puse una alarma.
Me desperté con un sonido agudo y entrecortado... en unos minutos me di cuenta de que era mi alarma así que me levanté, recordando que había perdido una, muy importante reunión del trabajo, y que además de que me iban a penalizar, quedaría fatal... y no era lo que mas me convenía en este momento... aunque la verdad, ese trabajo era lo único que encontré, y me hacía demasiada falta.
Me levanté de entre las sábanas, con tanta pereza que parecía que estaba dentro de un agujero de 100 metros bajo sábanas, lo conseguí, pero aún así me arrepentí, no solía ir por ahí de fiesta todos los días... y pues eso... Miré mi móvil por si había una noticia de Natalie, como :" me he roto uno de los tacones preferidos que tengo, tienes que acompañarme a buscar otro par nuevo antes de las 5 de la tarde", pero lo único que vi fue un mensaje de mi jefe, y 8 llamadas perdidas de un número privado...
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Dejando huella
RandomSólo en la agonía de despedirnos somos capaces de comprender la profundidad de nuestro amor.