Al día siguiente, me desperté por mi alarma, a las 10:25, me levanté y tomé algo ligero, ya que iba seguramente a consumir algo en aquella cafetería. Al entrar por la puerta de la cafetería, vi a una señora, que ya estaba dentro, atendida por otra camarera. Aquella señora tendría unos 45 años, era alta, rubia con media melena, de recién levantada, con maquillaje corrido por toda la cara y ropa formal, de el trabajo. Estaba llorando, supongo que es una de esas putas que de pequeñas querían madurar, y ahora se arrepienten de la mierda de infancia que tuvieron. Pasé de ella un poco, con asco, pero a los pocos me dió pena y fui a preguntarle si quería tomar algo más, (estaba tomando un café, ya acabado), me miró con cara de decepción y odio a la vez, y de allí se levantó y se fue, pagando su cuenta. Aquello me dejó mal sabor de boca, no sabía lo que le podía pasar, pero no me dio pena, porque yo desde que supe lo de mi madre, me quedé llorando día y noche, aunque no quise recordarlo, así que me fui a atender más clientes. Vi a una mujer llamando por teléfono, se le oía hablar con desesperación de algunos papeles que firmar, y sus dos hijos, jugando con sus juguetes, cerca de ella, en otra mesa sentados. Seguro que está por firmar un divorcio o un desamparo, porque con lo que grita... Me fui a su mesa a parte de a atenderla, a avisarle de que sus hijos no ocupen tantas mesas, pero no me hizo ningún caso, así que me di la vuelta, pensando en que seguro que soy malísima en este trabajo porque nadie me habla, no se lo que pretenden hacerme, pues cuando llegué casi a la barra, me preguntó, como no, por la WI-FI, y claro, le fui a decir unas cositas: -A ver usted, señorita, que hay que tratarle de eso, ¿O cómo? porque le estoy diciendo que saque a sus hijos de... -me interrumpió para decirme: -¿Eres la hija de Rose Dunne? -Al oír pronunciar el nombre de mi madre se me paró el corazón, no sabía de qué me conocía, ni de qué conocía a mi difunta madre, y le respondí asintiendo con la cabeza... al final, se fue sonriendo, casi riéndose de mi, cogiendo a sus dos hijos de la mano, fueron desapareciendo de mi vista mientras me quedaba atónita con lo que acababa de pasar, pero... tenía que conformarme, era el primer trabajo que tenía y no podía perderlo.
Al acabar la jornada, me fui para casa muy cansada, esperando recibir alguna noticia, que nunca viene mal. Pero lo único que vi es que me cobraban 2.000 Euros más de gastos, y Natalie seguía sin hablarme. Por un día, fui capaz de tomar una decisión como esta, sin estar Natalie delante, para darme la idea. Me extrañó mi idea, pero le hice caso. Irme de fiesta, pero antes, comprar algo para llevar puesto. Fui a una tienda llamada Prom Dress Stores, y allí compre un vestido corto, de tubo, de color azul, y dorado, a juego con unos tacones azules y me ondulé algo el pelo. La entrada allí costaba más, pero aún así, cogí dinero que tenía guardado de la "gran" nómina que tengo, y fui a un pub llamado The Irish Pub. Al entrar, fui directamente a la barra, porque no conocía a nadie, y era todo carísimo, pero como yo soy a mi manera, en unas 3 copas de más ya invité a un grupo de tíos que se me acoplaron. No sé como pero acabé llamando al jefe de mi antigua empresa, pero no recuerdo muy bien lo que le dije... Entre tantas copas perdí la conciencia...
A la mañana siguiente, me encontraba con 2 tíos y 1 tía en la cama de un apartamento que no era mío, fui a despertar a las personas aquellas para preguntarle donde estaba, pero me olvidé que esto era Manhattan y aquí se habla Inglés... así que bueno, cogí mi carterita, mis tacones y de patitas a la calle a por un taxi, donde me tuve que buscar la vida para llegar a el hotel. Esto sin Natalie ya no era lo mismo, que hacía yo ahí, tirada, con un trabajo que no me llega ni para comer un sandwich. Al llegar al hotel, lo primero que hice fue llamar a Natalie, que no me contestó, así que salí andando hacia el trabajo, que por cierto llegué tarde.... mi segundo día... por el camino, me encontré a la misma señora que estuvo llorando ayer en la cafetería, la cual, me miró de nuevo con un rostro triste, yo no entiendo que le pasa conmigo a esa señora... resulta que ella me estuvo persiguiendo todo el trayecto hasta la cafetería...
En la cafetería me dijeron que tuvieron 4 reclamaciones desde mi presencia, y que si seguí así, sería expulsada. 4 reclamaciones de una persona. Todo aquello era muy estraño, solo hasta que entró un hombre pidiendo café, y me lanzó mas piropos de los que creía exitentes, bueno, eso creo que fu elo mejor que me pasó en el día. Me encantó ese hombre, era moreno, pero revuelto, ojos verdes, traje (seguro que trabaja en la bolsa de Nueva York), y tenía unas manos preciosas. Me fui a casa pensando el él, y en que al salir, tenía 3 llamadas perdidas de Natalie. Pensé que se había enfadado, me pareció extraño que me llamara, así que la volví a llamar. No contestó en las 7 veces que la llamé, así que me fui a dar una ducha. Al salir de ella tenía 3 mensajes en el buzón de voz. Eran todos de Natalie, los escuché, aunque se notaba la voz entrecortada, decían: -Hola, lo siento, aunque no me quieras hablar tengo que decirte que estoy en apuros, al venirme con tu padre el estuvo enfadado y...... -Pulse 1 para volver a escucharlo, pulse 2 para borrarlo o pulse 3 para guardarlo -No sabía que hacer, intenté llamarla pero no cogía, así que llamé a mi padre para pedirle explicaciones, a lo que me repondió con un mensaje: -Y todos estos años pensar que eras mi hija, siendo hija de otro, a tu madre la maté yo, si, y la siguiente, será tu mejor amiga, junto a ti, si quieres verla ven a La antigua casa en ruinas de Greace. -Cogí el primer avión que pude luego de decirle a la dueña de la cafetería que me ausentaba por un tiempo, no podía perder más trabajos, pero no quiero que siga en vida la persona que mató a mi madre.
En el avión, al subirme, me sentía sola, no estaba Natalie ahí para repetirme unas 1.000 veces su vértigo al avión. A la media hora de subir al avíon, noté como que daba botes el avión, y le intenté preguntar a una azafata, esta vez en Español. Me dijeron que no era nada, y que pronto se areglará, cosa que a los 5 minutos pasó de ser nada a tener que un copiloto anunciar que estamos en riesgo de caer. Me intenté tranquilizar, aunque no pude, porque cada vez iba a peor. De un momento a otro, se escuhó un golpe en la parte trasera del avión y no se volvió a escuchar nada más. A los minutos, sentí como que me caía, cada vez más rápido hasta que sentí como si nos tiraran para abajo. Todos los pasajeros empezaron a asustarse y gritar, y yo les seguí sin hacerle mucho caso a las azafatas, que decía, como siempre, que mantuviéramos la calma. Cada vez el avión iba mas rápido y no podíamos hacer nada así que a mí se me ocurrió desatarme e ir a por el kit de emergencia, y ponérmelo, aunque me intentaron parar, no pudieron, tenía que hacer algo. Les grité a las azafatas que abrieran la puerta de emergencia lo más rápido posible, pero ni caso me hicieron, así que simulé que las abría yo para que me ayudaran. Al final me tuvieron que sentar y poner una bolsa de aire, mientras hacían las 1.000 llamadas para bucar ayuda que era innecesaria. Esto de la bolsa, me estaba tranquilizando demasiado, era genial, me sentia como volando y como una tranquilidad absoluta, cada vez más tranquilidad, y me empecé a reir por ver a la gente gritar...
Me desperté en un hospital, no se donde estaba yo, pero necesitaba volver a donde estaba mi padre para acabar con esto, no podía permitir que matara a más gente. A los pocos me di cuenta que estaba cubierta por todo mi cuerpo con un vendaje y tuve que llamar a gritos a una enfermera. Que al final vino, le conté todo lo que pasaba, y me dio mas medicación, para dormirme.
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Dejando huella
عشوائيSólo en la agonía de despedirnos somos capaces de comprender la profundidad de nuestro amor.