Capítulo 1: Crystal

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Han pasado demasiados años, pero aún recuerdo perfectamente ese día. El día en que toda la vida tan buena y maravillosa que debí haber tenido se vino abajo. Todo lo que construí, se destruyó. Mis sueños, se rompieron y murieron. Y después de aquel día, sigo así, sola. ¿Por qué? Por culpa de lo que ocurrió aquí, en mi ciudad, Namari, en el único hospital, llamado pruevinmix, del reino donde vivo, Salvatix. Pruevinmix se puede expandir tanto como quieras... cosas de la nueva tecnología... Bueno, la cosa es que lo que ocurrió lo estropeó todo.

Estaría bien que me explicara, así que intentaré hacerlo de una manera que se pueda entender. Primero de todo: mi nombre es Crystal, y tengo 13 años, estoy a punto de cumplir los 14.

Cuando nací estuve una semana en un lugar llamado perdorium. Era el lugar donde te llevan si no cumples las normas, las cuales consisten en no sacar una sonrisa si eres lo que yo soy: una maga-guerrera. Los magos-guerreros y las magas-guerreras, básicamente, somos unos magos y guerreros: conocemos y tenemos poderes especiales, nos movemos bien en el campo de batalla, además de que aprendemos muy rápido. Nosotros vivimos en un mundo cruel. No puedes reírte, no puedes amar a alguien... no puedes tener sentimientos positivos. El caso es que me llevaron ahí después de que yo naciese. Me colocaron un dispositivo llamado alertix (alertador, traducido literalmente de nuestro idioma), que cogía un mililitro de sangre y, como en la sangre que tenemos las personas como yo se muestra si eres o no una maga-guerrera, detectaban si lo eras. En caso afirmativo, te metían en el perdorium. Por eso estuve mi primera semana de vida metida en aquel lugar.  


En el perdorium te sacaban todas las emociones que pudieses tener tanto en tu mente como en tu corazón. Cuando pasé los 7 días de sufrimiento en el perdorium, me llevaron donde estaban mis padres. Ellos estaban sentados en dos sillas, uno en cada una. Uno al lado de otro. Ambos me miraron con una gran sonrisa dibujada en el rostro. Yo no les respondí ni con un solo gesto. No tenía emociones positivas, y decidí que tampoco era como para insultarles. Yo no permitiría que mi primera palabra fuese "imbécil", y menos aún que tal palabra fuese dirigida de mí hacia mis padres. Los que me metieron en el perdorium me dejaron permanecer un minuto en los brazos de mi madre, y luego un minuto en los brazos de mi padre. Ni un segundo más, ni un segundo menos. Me dejaron un minuto más para compartir miradas con mis padres, y seguidamente se los llevaron en un camión hacia Llantintix (ciudad del llanto). ¿Por qué nos separaron a mí y a mis padres? Porque yo era una maga-guerrera, y ellos hicieron que yo existiera.

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