Capitulo único;

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Es alrededor de la medianoche y el cielo se sumerge en una espesa oscuridad al compás de la pequeña cuidad de Bradford. El moreno acostado sobre un quejumbroso colchón no puede conciliar el sueño, se encuentra solo, como siempre. Los ruidos lo mantienen fielmente con los ojos abiertos, lleva al menos hora y media en la misma condición, es un verdadero, espeluznante y maquiavélico circulo vicioso.

Sus manos comienzan a temblar a medida que escucha claramente como los muebles de lo que probablemente es su sala de estar son movidos de lugar, haciendo un sonido estremecedor al chocar contra el suelo. No puede moverse, siente como si su cuerpo es adsorbido poco a poco por la incómoda superficie llena de resortes. No tiene escapatoria.

Los sonidos se intensifican, escuchándose ésta vez con más fuerza por el pasillo que da exactamente hacia su habitación. Se le seca la boca.

Toma entre sus manos la almohada grande y blanca que reposa justo a su lado, posándola sobre su cabeza. Quiere que aquello pare, no sabe cuánto tiempo va a poder aguantar sin terminar arrancándose el cabello de la frustración.

Gime desesperado, hundiéndose un poco más sobre el colchón. En un movimiento de total exasperación, estira la mano hasta alcanzar su teléfono postrado sobre la diminuta mesita de noche, traza el tan conocido patrón y pronto se encuentra a si mismo marcando el número del 911. Sólo cuando comienza a repicar cree que está salvado, pero un pitido ensordecedor lo trae de vuelta a la realidad; se ha quedado sin batería.

Avienta el aparato hacia algún lugar de la habitación, totalmente frustrado —Di-iablos.

Los ruidos extraños parecen detenerse, puesto que ya no los escucha más. Con evidente alivio deja escapar todo el aire que tenía retenido en los pulmones. Pero pronto su calma se disipa al escuchar con claridad lo que parecen ser pasos resonando fuertemente.

Centra su mirada avellana en dirección a la puerta. La jodida cerradura está siendo forzada, alguien quiere entrar. No sabe lo que está pasando, pero aquella persona que está dentro de su casa, fuese quien fuese, está decidida a volverlo loco.

Ábreme la puerta, vamos. Sé que estas ahí —murmura de forma baja y espeluznante, tanto, que es capaz de erizarle toda la piel.

Está asustado, realmente asustado. Comienza a mecerse con impaciencia, está teniendo una crisis nerviosa, siente su pulso acelerado mientras la cabeza le retumba con impaciencia. No entiende por qué le está pasando aquello, quiere llorar y gritar hasta que se le desgarre la garganta.

Ahora que me encuentro al borde, no puedo encontrar mi camino. Está en mi mente —susurra en un intento fallido por convencerse a si mismo de que todo aquello no es más que una mala jugada de su imaginación.

Pero, ¿acaso era posible imaginar semejante cosa?.

Zayn...voy a por ti...

Ábrela y ve lo que hay dentro de mi cabeza.

La puerta resuena con un chirrido escrupuloso que casi le hace sangrar los oídos, casi.

Había logrado entrar, aquello no era una persona, era el mismísimo demonio.

Sus orbes se abren con total sorpresa —¿Qué diablos...?.

No te asustes, nunca debes tener miedo de ti mismo —susurra con la voz grave y profunda.

Y fue ahí, en medio de la oscuridad de su alma que Zayn se enfrentó a sus más profundos miedos. Estaba perdido.

Mind of mine; zayn malikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora