Capítulo 2

6 0 0
                                    

Él se dio cuenta.

-Qué irónico, ¿no? -dijo, refiriéndose a la relación entre el café derramado sobre el mensaje de mi sudadera-

-Supongo, es la primera vez que me pasa; sobre esta camiseta,claro. Se me suele caer el café. Soy bastante torpe, y bebo mucho café. Esto...voy al baño a intentar limpiarla un poco, uhm... un placer volver a verte. -¿un placer?

Salí a paso muy ligero, casi corriendo hacia el baño, me puso muy nerviosa el mero hecho de su imprevista presencia, pero lo que me asustó, lo que no entendí, fue por qué.

Entré al baño. No había nadie. Tras hacer varios intentos en vano de limpiar la sudadera, me apoyé en una de las puertas y  me contemplé frente al espejo mientras dejaba escapar un suspiro. Me rehice un poco la coleta despeinada.

Tras lavarme la cara con agua fría decidí no darle más vueltas a  mi estúpida cabecita y salí del baño.

Lo encontré a  él a apenas unos metros de distancia de mí, con la vista fijada y perdida en el suelo. Parecía distraído, hasta que puso sus ojos en los míos.

Justo entonces, en mi mente se proyectó un recuerdo. Fue uno de esos momentos en los que vas andando o haciendo cualquier cosa y aparece en tu mente un recuerdo, sin saber por qué, y entonces sonríes. En esa ocasión lo que pasó por mi cabeza fue una escena de cuando era pequeña, tenía 12 años, es más, los acababa de cumplir y estaba en mi fiesta de cumpleaños con mis amigos del pueblo de mi abuela, el típico pueblo al que se va a comer los domingos con la familia.

 Lo estábamos celebrando en la piscina, cuya agua estaba despoblada, y yo estaba nadando tranquilamente de un lado a otro con Colin, uno de mis amigos, casi diría que con el que mejor me lo pasaba en aquellos tiempos de mi vida. No sé si le ha pasado a alguien a parte de a mí, pero hubo un momento en que , simplemente dejé de nadar,  miré a Colin una décima de segundo, y yo, sintiendo que el mundo se había parado sólo para que pudiera disfrutar ese momento, alcé la vista al cielo y sentí algo tan sencillo como lo es la paz. Me sentía en paz, pero no la paz que se siente cuando te aceptan en la universidad que habías solicitado, o que  van a seguir emitiendo tu serie favorita. Aquello iba mucho más allá. Me sentía en paz con el mundo, con el aire que rozaba mi rostro, con el cielo rosado del atardecer, con el agua en ese momento oscura que me llegaba a la cintura; sentía una paz más allá de la realidad, era como si sólo existiéramos el cielo, el viento y yo, como si la vida en sí no importara. Me sentí pequeña y grande, poderosa e impotente, aunque , más bien, diría que no sentía nada, simplemente el mundo y yo estábamos en paz.

Esa fue la primera vez que experimenté aquel sentimiento, que hasta día de hoy no he vuelto a tener el gusto de sentir. Desgraciadamente.

Eso es lo que sentí cuando miré a ese chico ,de nombre aún desconocido, a los ojos. Pero fue un instante. Apenas un instante. Un simple deja-vú como los hay miles.

Al ver que permanecía inmóvil y seguía mirándome, me acerqué a él.

-Hola

-No me has dicho cómo te llamas.

-Dijiste que no lo querías saber.

- He cambiado de opinión.

-No te creo.

- Ah, ¿no? ¿ y eso por qué? -que no me creyera me estaba empezando a mosquear-

- Bridget, a penas han pasado dos horas.

- Ah, perdona, ¿acaso me conoces lo suficiente como para saber cada cuanto tiempo puedo cambiar de opinión?

- ¿Acaso me conoces tú lo suficiente para saber mi nombre?

- Estás sacando esta conversación de quicio. 

-  No es verdad.

- ¿Por qué no me quieres decir tu nombre?

-No he dicho que no te lo quiera decir, simplemente te he dicho que no creo que hayas cambiado de  opinión en tan poco tiempo.

- Y yo te he dicho que es la verdad, sólo quiero que me digas como te llamas.

- Con una condición. 

- Eres un poco arrogante. -hizo una mueca de diversión, como si le divirtiera que le llamara arrogante. Menuda estupidez.-

- No es verdad.

- Yo creo que sí lo es.

- ¿Quieres saber mi nombre o no?

Claro que quería saber su nombre, pero no cómo antes, sólo por saberlo, si no por que cuanto más me negaba que me lo iba a decir, más ganas sentía de saberlo. Como cuando te prohiben abrir una puerta que nunca había despertado tu interés, pero sólo el hecho de que te lo prohiban, te de ganas de abrirla. 

Parecía que él disfrutaba de mi frustración.

- Dime cuál es la condición.

-Hasta la próxima, Bridget.

Y se marchó. Pensé que sólo era una broma para vacilarme, y por eso permanecí de pie contemplando cómo colocaba su pie izquierdo delante del derecho, y viceversa. Pensé que volvería. Pero no volvió.

>Y que más da que no vuelva, ni que fuera mi madre< Pensé.

Así y todo, cogí mi voluminoso y rosa donut de la mesa en la que lo había dejado y salí de la cafetería.

Una ráfaga de viento impactó contra mi cara cuando crucé la puerta.

Ahora tocaba volver a la realidad, al abismo de donde no se puede escapar, por mucho que se intente. Ahora tocaba volver a lidiar con el problema, porque eso es lo que era, un problema, de la supuesta vuelta de mi padre.

El ambiente no era todo lo navideño que suele ser por aquí en estas fechas. Sí que se veían los típicos padres perfectos que van deambulando de una tienda a otra para comprar los bebés, muñecas y coches de plástico para sus hijos. Los juguetes que pasado poco más de un año, terminan muertos en el cajón que nunca se abre. Todos pasan en ese oscuro cajón lo que les queda de su imaginaria y falsa vida.  Todos acaban igual de muertos.

Pero era eso y casi nada más. Apenas había luces, ni escaparates animados deseando feliz navidad. Se respiraba más bien un aire triste, cansado. Era como si la navidad se hubiera cansado de tanto amor, tanta felicidad, y de tanta gente rota disfrazada de alegres duendes sólo por ser navidad; y se limitara a eso, a vender a los perfectos padres los perfectos juguetes que acabarán en el cajón de los juguetes muertos.

Yo seguía caminando dirección a mi casa.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 02, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Estrellas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora