Capítulo 16

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Logan tiró con furia la camisa sobre la cama, después, quitó el resto de la ropa del armario, y la echó sobre la maleta, tenía prisa por irse, quería irse de allí. Estaba indignado, enfadado y se sentía decepcionado.

Pero ¿Qué había esperado? Ella le había dejado las cosas muy, muy, pero que muy claras, ellos no eran nada, simplemente tenían sexo. Apasionado, salvaje, sudoroso, ardiente, fogoso, a veces lento, otras rápido y brusco, con prisas y con calma, pero al fin y al cabo; sexo. Sin embargo, él no lo sentía así. Para él, no había sido tan solo un cuerpo con el que sudar y sentir placer, ella había sido más que eso, y por eso mismo se sentía tan decepcionado y con tantas ganas de irse de allí.

¿Cómo narices se suponía que iba a verla por las mañanas cuando acababa de echarlo de su vida? No quería ver lo hermosa que estaba por la mañana, ni su dulce sonrisa. No quería oírla hablar con sueño ni verla desperezarse, y para ello, solo había una solución; marcharse de allí. Ya había aplazado demasiado el momento. Le había dicho a su hermana que tan solo iba a estar allí un tiempo; el suficiente como para encontrar un departamento e irse a vivir allí.

Había encontrado el departamento, pero no se había mudado. Claro estaba que algo lo retenía en aquella casa; _____. Pero ahora... ahora, no había nada que lo hiciera dormir en aquella casa por las noches. Aplastó la ropa, y cerró la maleta con furia. Maldita fuese esa incomprensible castaña. No la entendía, y las palabras que le había dicho antes de desaparecer por la puerta le quemaban el alma. Sobre todo las últimas...y será mejor que se termine ahora, antes de que me acabe enamorando de ti.

¿Y por qué narices no podía enamorarse de él? ¿Tan malo era? ¿Tan imposible de amar? Vale, nunca había sido un hombre que se dejara atrapar por una relación sería, le gustaba el cachondeo, las mujeres y el sexo. La fiesta. Pero es que resultaba ser, que, en el último tiempo, justo desde que había conocido a _____; deseaba una relación seria; con ella. Le gustaba el cachondeo, reírse y pasarlo bien; con ella. Las mujeres... o no señor, solo había una; ella. Y el sexo... glorioso sexo, pero tan solo; con ella. Fiestas... ¿Qué era eso? No recordaba haber ido a ninguna... no desde que estaba; con ella.

Pero ella lo había mandado al infierno. Si, eso había echo, porque lo había echado de su lado, y él se sentía arder de furia y enfado. Se había propuesto romper sus muros y conquistarla... ¿para qué? Simple; para nada. Pero ya se había acabado, si ella no lo quería junto a si misma, él no tenía porque estar. Fácil. Ahora tenía un apartamento nuevo, tenía un trabajo, y por lo demás; seguiría con su vida. Se sentó sobre la cama y hundió la cabeza entre sus manos, seguiría con su vida... sin ella. Que alguien lo salvase, porque se sentía perdido.

_____ inspiró, y después suspiró, un suspiro tan depresivo que quiso llorar porque sentía pena por si misma. Su mente invocaba la imagen de Logan solo en su habitación, mientras ella se marchaba de ella, se había ido de la habitación, y de su casa, había estado en la playa, y después al regresar a su casa de nuevo, se había encerrado en su habitación. Se sentía mal. Si, mal. Y no encontraba ningún motivo para sonreír. Se sentía como una tonta, sabía que el único que le sacaría una sonrisa, sería Logan, pero no acudiría a él. Ella había sido la que había puesto un punto y final a lo que tenían y así se iba a quedar, era mejor. Era lo mejor.

Aún recordaba el intenso dolor que consumía el pecho cuando el amor se rompía, aún podía recordar lo amarga que eran las lágrimas de un desamor. Lo doloroso que era todo. Y no quería revivirlo de nuevo. No quería, y no se iba a permitir sufrir de nuevo. Llamaron a la puerta y ella ignoró los suaves toques. Pero, al parecer su bella amiga rubia, no había captado el mensaje, porque abrió la puerta, y entró en la habitación.

-Creo que me voy a ir un par de semanas de aquí –comentó _____.

-¿Qué? –la sorpresa de Caitlin la hizo sonreír tristemente.

-Es lo mejor.

-Vale, bien. Ahora cuéntame que narices ha pasado entre Logan y tú. Porque por la cara que tenéis ambos, no diría que os vayáis juntos de vacaciones.

-¿Logan se va? –preguntó con sorpresa _____.

Silencio.

-Uhm... me parece que no lo sabías –susurró su amiga con un poco de culpa, miró a _____ a los ojos, que al parecer brillaban húmedos- ¿Qué pasó, _____?

-Nada Caitlin –contestó la castaña recomponiendo su compostura- simplemente; todo tiene un final.

Los bellos ojos azules, se clavaron en los suyos, y _____ sintió un pinchazo en su corazón, a pesar de que no eran del mismo color, los dos hermanos miraban de igual forma; penetrante, intensamente. Logan la hacía temblar. Y su amiga la hacía sentirse más vulnerable de lo normal.

-_____...

-No Caitlin... ni lo intentes, sé que es tu hermano y lo quieres, pero...

-Tú también lo quieres –determinó su amiga.

-¿Y? –preguntó sin negar nada.

-Lo estás dejando ir –se quejó Caitlin, y ella miró hacía la puerta. _____ recordó los intensos ojos de Logan en varios estados; los recordó risueños, fogosos, nublados por el deseo, y los recordó vacíos e interrogantes, como estaban cuando ella lo había dejado solo, dándole esa frase de despedida- _____, tú lo amas. Y se va a ir sin ti. _____ se removió en su cama y enterró la cabeza en la almohada.

-Es lo mejor –dijo.

-No lo es; el también te ama –se quejó de nuevo la rubia.

-Lo sé –susurró _____.

-¿Perdona? ¿Lo sabes y lo dejas irse? ¡_____! Dios mío, eres una maldita cabezota, sabes bien que mi hermano jamás se ha detenido por una mujer, él iba ante todo, por una vez, se ha parado ante ti. Dios, si casi parecíais un matrimonio, y tú... tú lo dejas irse.

Dos lágrimas cayeron por las mejillas de _____ y enseguida las secó.

-Mira, Caitlin... sé que no me entiendes, ¿vale? Sé que es un hombre magnifico, pero, ¿no comprendes que se va a acabar cansando de mi? ¿Qué no estoy echa para algo duradero? Prefiero que se quede así, a que acabemos odiándonos...

-¡*******, _____! –La interrumpió su amiga- ¡El no es Javier!

_____ sintió que el color se le iba de la cara, se sintió desfallecer y un frío intenso recorrerle el cuerpo, miró a su amiga a los ojos, que mostraban algo de culpa, pero orgullo al mismo tiempo. El corazón se le heló y la cabeza le zumbó...

-Sé que no es Javier –dijo secamente.

-¡Pues parece que no lo entiendes, _____! Porque un hombre, que era un estúpido te dejara no significa que todos lo vayan a hacer. Hay gente que vale la pena, como mi hermano, que no lo digo porque sea de mi sangre. Pero sé que es leal, y cuando quiere algo lo cuida hasta con su vida, y sé que a ti te quiere.

-Caitlin, mi familia es un fracaso –se quejó la castaña.

-Tu familia, _____, no tú. Tú lo has dicho; tu familia.

-Si, mi familia, mi sangre, todos sin excepción; mi padre, mi madre, mi hermano, y yo no voy a ser menos.

-Tú padre y tu madre nunca se han amado, según me has contado. Y tú hermano no es que sea... el mejor de los hombres.

-Vale, ya. Eso son excusas.

-No... excusas son lo que tu pones –le espetó la rubia- primero pones a tu familia, después a Javier.

-¿Te parece poco que para una vez que me enamoré, mi novio me dejó en el altar? –gimoteó la castaña.

Una ducha divertida - [L.H] [HOT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora