Confesión

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Después de la ida de Bridgette, Marinette se sentía muy decaída, extrañaba a su hermana, se sentía sola todos los días llegando a casa, por lo que en ocasiones invitaba a su casa a su mejor amiga Alya.
Cierta tarde, Marinette y Alya conversaban en la habitación de la chica:
Alya: - Marinette, cómo es posible que ya lleves mas de un año enamorada del mismo chico y no se lo hayas dicho. Yo pienso que ya deberías decírselo.
Marinette: - Cada que intento decírselo sucede algo que me impide hacerlo, y es que, es que... ¡ay! Me pongo tan nerviosa tan solo de verlo-.
Alya:- al menos deberías de mantener una conversación sin tartamudear-.
Marinette: -mañana se lo voy a decir ahora sí-.
Alya: -¿estás segura?- .
Marinette: -emm sí- dijo indecisa

Las chicas siguieron conversando hasta que se dio la noche y su amiga tuvo que irse a su casa.
Marinette arregló sus cosas para irse a dormir.
A la mañana siguiente, sonó la alarma de que era hora de levantarse, a lo que Marinette solamente la apagó y volvió a quedarse dormida.
-¡¡¡MARINETTE!!! ¡¡ SE TE HACE TARDE!!- gritó su madre
Inmediatamente Marinette saltó de la cama y comenzó a vestirse con prisa, cuando se puso la última prenda, que era su chaqueta, escucho el sonido de tela rompiéndose y se dio cuenta que se habia rasgado de la manga.
Corrió hacia su tocador y comenzó a buscar en los cajones aguja e hilo, cuando abrió un cajón de la parte superior, y al abrirlo rapidamente, éste salió volando y todas las cosas se tiraron por toda su habitación.
La desesperación de Marinette aumentó y sentada en el suelo buscaba el hilo que necesitaba.
Viró a su derecha y ahí estaba, rápidamente tomó el hilo y se percató de algo: había una extraña caja hexagonal con un símbolo color rojo arriba, extrañada por el objeto, lo tomó y lo introdujo en su mochila, terminó de coser su manga y salió a la cocina para almorzar rápidamente y dirigirse a la escuela.
Salió corriendo de su casa y llegó rápidamente a su salón, aún algo agitada, encontró su lugar junto a Alya y se dispuso a sentarse, cuando en eso escucha una voz al lado de ella, era el chico de sus sueños, el más genial, amable y humilde modelo que estudiaba en su escuela: Adrien Agreste.

Adrien: - Buenos días, Marinette- dijo el chico con una dulce sonrisa.
Marinette: - Aaa-drieen, buuenos di-dias- dijo la chica demasiado nerviosa, no lo podía evitar, estar al lado que el chico que le gusta era muy difícil para ella.

En ése momento,la profesora Mendeleiev llegó al salón y todos tomaron asiento para comenzar la clase.
Cuando terminó la clase, la maestra salió del salón y esperaban el cambio de profesora, mientras tanto, Alya y Marinette conversaban acerca de cómo le diría la ojiceleste al rubio que le gustaba, de pronto, una risa se escuchó detrás de ellas dos, Chloe y Sabrina escuchaban todo lo que ellas decían.
Chloe: - ¡ jajajaja ! ¡que gracioso! ¡Marinette está enamorada!-
Sabrina: -¡qué patética! -
Las chicas se levantaron mientras todo el salón las observaba atónitos.
Alya: -¡Es algo que no te interesa Chloe, no te metas en asuntos que no son tuyos!-
Chloe: -Claro que me interesa.. porque... (la chica camina hacia donde está Adrien y lo toma por el brazo) le gusta mi Adrieniki-.

Marinette miró a Adrien, el cual estaba sorprendido, y iba a decir que era solamente una broma, pero Chloe comenzó a reir y no pudo decir ni una palabra más, sentía un nudo en la garganta, tenia un sentimiento de impotencia y tristeza a la vez.
- ¡Basta Chloe! No te correspondía hacer eso- dijo el rubio molesto.
Marinette salió corriendo del salón con su mochila en la mano, y en vez de escapar a baño, prefirió irse a la bodega de intendencia porque ahí no habría nadie que la molestara.
- ¡Mari! - gritó Alya y salió detrás de ella mientras miraba furiosa a Chloe.
Marinette estaba encerrada en la bodega mientras contenía las lágrimas.
Trató de ser fuerte e intentó calmarse, había puesto su mochila en el suelo y al levantarla, tiró unas brochas y escobas que estaban al lado de una mesita.
- Perfecto, ¿que más puede ser peor?- pensó la chica.

Recogió las cosas que habian caído, y comenzó a buscar en su bolsa algo para calmar su ansiedad.
De pronto recordó la pequeña caja que había encontrado en su tocador, la sacó y descubrió lo que contenía: unos pendientes con la forma de una mariquita.
Le parecieron algo curiosos, y decidió ponérselos.
De pronto una pequeña criatura roja con manchas negras apareció.
-¡ahhhhhh un...un... bicho gigante!¡una rata! ¡ O un ratbug! - gritó Mari.
-Tranquila Marinette, no te asustes, no te haré daño, soy Tikki- dijo la pequeña criatura.
-¡ ahhhh! ¡Y habla! ¡Sabe mi nombre! ¡AHHH!- Gritaba nuevamente la chica.
Iba a abrir la puerta para salir de ahí, pero la pequeña criatura le pidió que se calmara, y al verse inofensiva, accedió a no irse.
-¡Hola Marinette! ¡soy Tikki, y soy el kwami encargado del Miraculous de Ladybug! -
-¿Ladybug? - preguntó extrañada la chica.

*toc toc* se escucha que alguien toca la puerta.
-¿Marinette? soy Adrien-.
-¿Adrien? ¿qué hace aquí?- susurro Marinette.
-¿Podría pasar?- dijo con voz preocupante el chico.
-¿Qué? Adrien, aquí, conmigo- pensó la chica nerviosa...

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