La noche anterior a tu viaje la habíamos pasado en el parque donde nos conocimos. Te mostraba las constelaciones en el cielo y tú observabas con atención.
Estabas acostada a mi lado en el cesped, con tu largo cabello reposando en el pasto.
Entonces me miraste y dijiste:
-Es muy hermoso. Podría mirar las estrellas por siempre.
-Y yo a ti, Ileana, por siempre.
Ella cerró los ojos.
-Volveré algún día.
Tome su mano y la besé, diciéndole que la esperaría.Porque la esperaría por siempre, bajo ese cielo lleno de estrellas.
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The Girl and the Stars
Short StoryElla era incluso más bonita que las estrellas que amaba observar.