Prólogo

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— Ya te dije, Seba. No estoy para nada interesada en esas cosas.

Concluyó una chica de relajada y desgastada apariencia, cuyos rasgos corresponden a Manuela.

Su rubio acompañante acomodó entre su nariz los lentes que ya empezaban a molestar, exalando un suspiro de resignación.

— Manuela, sos mi amiga. Y es en serio cuando te digo que te ves re sola, y por ende, amargada. Solo dale una oportunidad a este pobre chico.

La chica expulsó el poco aire acumulado en sus pulmones, dejando bruscamente su taza de té en el platillo que lo sostenía con anterioridad.

— ¡Ya te he dicho que estoy bien asi, sola! No hace falta un hombre en mi vida, disfruto mucho de mi independencia.

El chico sentado junto a ella dudó sobre sus palabras, entrecerrando de modo leve sus ojos. Levantó su dedo índice y, señalandola, le confesó lo que opinaba.

— . . . Hmm, ¿No será por ese inglés que se fue hace dos meses de la escuela?

El rostro de la chica tomó color. Rápidamente trató de negar con sus manos lo dicho por el muchacho, mas sabía que no podía mostrarse segura frente a él, la conocía perfectamente como para tomar en cuenta que esta mentía, demonios.

— Manuela, vamos, ¡Llevas unos seis años atrás de él y nunca llegó a pasar nada entre los dos! lo más sensato es ir superandolo.

El rostro de la chica perdió color, ¿Cómo era posible que no le apoyara con algo tan importante como ello?

— Seba, tú . . . ¡Tú no lo entendí'! Él es . . . mi primer amor, no es algo que pueda superar tan fácilmente . . . Y no quiero hacerlo.

Y era cierto. Por más infantil que sonase, Manuela realmente estaba enamorada de ese chico británico, el cuál fue por largos años su compañero de recreos y estudios. Sentía casi como una necesidad el estar apegada a ese sentimiento hacia el rubio de pobladas cejas.

¿Era tan grande su amor por el atrayente inglés o era una ilusión de su inminente obsesión por él?

Ella no podía procesar muy bien esos pensamientos, pero anhelaba profundamente que fuese la primera.

Le preocupaba su estado mental, respecto al Inglés.

Quizás . . . ¿Podría ser posible una segunda oportunidad?

— Puedo . . . Puedo al menos, ¿Saber de quién se trata?

El uruguayo sonrió, repitiendo la acción que anteriormente había provocado con sus lentes.

— . . ¿Recordás la obra de "Alicia en el país de las maravillas" que hicimos hace unos años atrás?

Después de todo, siempre fuiste tú. |ArgChi.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora