Nada mas abrir los ojos, me encontré en mi habitación, tumbada en la cama. ¿Pablo me trajo hasta aquí? No recuerdo muy bien lo de anoche. Besos en el cuello. Bailando cerca de Pablo.
Se me escapo una sonrisa. ¿Me empezaba ha gustar este chico? No creo. Yo no me enamoro. Igualmente todo lo que hicimos fue bajo el efecto del alcohol, puede que el ni se acuerde.
Me estaba haciendo muchas ilusiones con Pablo, pero puede que solo se dejase llevar ayer.
Fui a desayunar, había una notita en la encimera de la cocina.
"Jessi, me he ido ha comprar. Vuelvo pronto, espero que no tengas mucha resaca." Pablo.
Alguien llamo al timbre. Espero que sea Pablo. Abrí la puerta.
Una chica rubia, de unos veinticuatro, con una gran bolsa, se encontraba delante de la puerta. Me sonaba su cara. Era Amy.
- Hola, soy Amy ¿Me recuerdas?- dijo con una sonrisa.
- Claro, pasa, estas en tu casa- dije.
- ¿Te gusta la casa?- me pregunto.
- Si, esta muy bien- dije
- Perdona por el malentendido de Pablo. El es muy buen chico.-dijo ella disculpándose.
- Lo se. Ya esta todo solucionado, tranquila.- dije yo. No pude evitar sonreír, al recordar lo que paso ayer.
- Bueno hablando de Pablo, ¿Donde anda metido? Que le tengo una sorpresita.- dijo ella.
- Pues salio ha comprar hace un rato.- dije yo. Que se traía la rubia esta entre manos.
- Bueno voy ha dejar la bolsa en mi cuarto y me daré una pequeña ducha mientras- dijo ella, dirigiéndose hacia su habitación.
Me senté en el sofá. Esta chica me estaba rallando. ¿Que sorpresita tiene para Pablo? Mejor no pensar en ello. Recuerdo lo que me dijo ayer Pablo "Tienes algo que hace que no pueda parar en pensar en ti." Que mono. Estaba deseando que viniera.
La puerta de la entrada sonó. Al instante vi a Pablo cargado de bolsas. Me levante para ayudarle.
- Deja que te ayude- dije.
- No tranquila, yo puedo.- dijo el.
- Trae tonto- dije cogiendo dos bolsas.
- ¡PABLOOO!- chillo a lo lejos Amy.
- ¿Amy?- dijo extrañado Pablo.
Amy salio de su habitación y fue corriendo a abrazar a Pablo. Me estaba empezando a molestar, la Amy esta.
-¿Que tal estas mi niño?- dijo Amy con tono cariñoso.
- Bien, bien. -dijo el.
Fui a dejar las bolsas en la cocina. Desde ahí se los oía a los dos hablar.
-¿Me has echado de menos?- dijo ella.
- Un poquillo- dijo el.
Me estaba poniendo de los nervios. Fui a mi habitación, ignorándoles cuando pase delante de ellos. Pase el rato tirada en mi cama, pensando en porque me molestaba tanto, si no habían hecho nada.
- Jessi a comer!- grito Pablo, desde la cocina.
- No tengo hambre- le conteste gritando.
- Tienes que comer- grito el.
- Que no quiero comer.- dije gritando.
Ya era por la tarde y no sabia que hacer. Alguien llamo a mi puerta.