Historias de Soledad, Locura y el Más Allá.

Seres de oscuridad.

Sólo están ahí, observandome. Sus cuencas vacías me llenan de temor, y ese profundo vacío, refleja en mi mente mis más oscuros secretos y temores, como que esa fuera la función de estos oscuros seres. Cadavericos monstruos, con largas túnica que no permiten ver más allá de sus esqueleticas manos y rostro. Portan una especie de péndulo, que se mueve de un lado a otro; desconozco el fin de este, pero al llegar a este lugar se me advirtió su peligro: luego de despertar encontré una antorcha y una nota, esta decia: "Sólo avanza, no le creas a nadie, y llega hasta el final antes de que dejen de oscilar los pendulos. CORRE".
Esa antorcha ha sido mi única compañía y me ayuda a mantener la poca cordura que aún tengo, aunque me he fijado en que comienza a apagarse y los pendulos, a detenerse. Y junto a esto, he oído risas histéricas y llantos desde el fondo de el túnel, y cada vez más cerca. La desesperación se apodera de mi, sobretodo al encontrar cadáveres desmembrados y semi comidos en el túnel; imagino que ellos no lograron llegar al final del túnel...

Ya está a punto de apagarse la antorcha, así que dejaré esta nota para que alguien pueda saber que estuve aqui: Yo, el Papa Pedro II, he fallecido el día de ayer, y despertado en lo que imagino es el camino al cielo, dejaré constancia de las que probablemente serán mis últimas palabras en vida, y en la muerte "Dios me ha fallado, pues, estoy en el cielo, y el terror que vivo aquí no se comparará jamás al vivido en la tierra"

Se apagó la antorcha, ya los oigo, vienen por mi...