Buscando la redención.

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Si, la maté, y no me arrepiento de ello. Pero sé que mientras más me enorgullezca, más pronto me llevarán.

Le iba a pedir matrimonio ese día. A esa hora ella debía estar trabajando, así que me pedí el día libre para prepararle una sorpresa en su departamento; pero al abrir la puerta, los escuché. Los muy hijos de puta estaban cogiendo, y yo que iba a casarme con esa puta.

Corrí a su habitación, y allí estaban los desgraciados, gimiendo como que yo no estuviera ahí. Así que mi primera reacción fue tomar las tijeras que tenía sobre su tocador y apuñalar la desnuda espalda del imbécil que se cogía a mi novia. Mientras le quitaba la vida a este infeliz, la zorra de mi ex gritaba como una condenada; por que si que estaba condenada.

Al terminar con este tipo, mi ex comenzó a decir cosas sin sentido, como: ¿Quien mierda eres tu? ¡Por favor no me hagas daño!. Jaja, estúpida, como que fuera a caer en tus engaños femeninos. Así que para terminar todo este escándalo, la apuñalé en el cuello para que dejara de gritar. Y mientras ella perdía el brillo de sus ojos, saqué el anillo y le dije: Pudo haber sido tuyo, perra. Y su corazón dejó de latir.

Luego de todo este problema, fui a tomar un baño rápido para limpiarme la sangre, y tomé la ropa del inútil que asesiné, y para no ser atrapado, escapé por la escalera de incendios.

Así que para calmar los nervios, fui a tomar unos tragos, además así celebraba mi soltería. Bebí tanto que cuando salí del bar, ya era de noche. Y tuve la brillante idea de cruzar ebrio la calle...

Tras despertar, estaba en un oscuro pasillo tenuemente iluminado por una especie de lámpara similar a un corazón (de los reales, no de dibujito); y en las paredes de este pasillo, sobresalian brazos, algunos ya esqueléticos. Al intentar moverme, me fijo que estoy emparedado de la cintura hacia abajo, por lo tanto no puedo salir. Hasta que de la oscuridad del pasillo se acerca una extraña figura, que me dirige la palabra: Hola, soy el arcángel Miguel, y vengo a explicarte que sucede: anoche moriste atropellado, y por el pecado que cometiste al medio día de ayer, has sido enviado aqui: el Purgatorio. Se te permitió este beneficio por tu deficiencia mental y la falta de razonamiento que esto conlleva. Tu opción de lograr la paz eterna es una: arrepiéntete. Si no lo haces, ellos te llevarán. Pero si logras arrepentirte lo suficiente para alcanzar el corazón bondadoso de Dios, que cuelga ahí, iluminando al fiel a través de la oscuridad, serás liberado y podrás ir al cielo.

Al escuchar toda esta estupidez Junta, estallé en risa; junto a esto, algo detrás de la pared, tomó mis pies y comenzó a jalarme dentro de la muralla. Así que al arcángel le respondí de la forma más sincera de todas: Jódete tú, que se joda Dios y todos los imbéciles que viven allá arriba. Mientras volvía ser jalado hacia las profundidades de la muralla, hasta el punto de que sólo sobresalía mi brazo, y mi cabeza permanecía dentro de la pared.

Ahora, sólo espero que ellos me lleven pronto, para por fin estar con gente como yo...

Historias de Soledad, Locura y el Más Allá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora