Solo una chica normal

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Falta una semana para mi décimo octavo cumpleaños y no estoy nada bien, aparte de mis ataques de asma cada vez mas fuertes y los nuevos medicamentos que prueban conmigo, tengo nauseas, mareos y vomito.

Trato de tranquilizar a mama diciendo que deben ser los efectos secundarios de los medicamentos nuevos para el asma, pero no se puede tratar solo de eso.

Yo se que me pasa algo mas, lo siento dentro de mi, me persigue. Tal vez soy paranoica y solo son mas efectos secundarios de los estúpidos medicamentos, aunque mientras mas se acerca mi cumpleaños, mas siento que tengo que irme a alguna parte, alejarme de todo  todos...

- ¡Oye! ¿estas bien?

- ¿Que? - Dios se que algunos medicamentos me causan alucinaciones pero... ¡No puedo creer que Ethan Waters me este hablando! ¡AMI! - Eh... yo - murmure bajo ajustando mis anteojos sobre el puente de mi nariz, el mostró una sonrisa ladeada y dijo algo apuntando con el dedo gordo hacia atrás, lo cual no escuche ni papa. El era tan sexy que quitaba el aliento.

- ¿Me estas escuchando? - su rostro ahora desfigurado en una mueca me hizo reaccionar.

- ¡Si!... No... ¿Que decías? 

- Digo-que-si-no-te-mueves-te-aran-papilla - mire a mi alrededor y en efecto, me encontraba en medio del estacionamiento y todos decían o hacían señas no apto para menores de edad, moví mi perezoso cuerpo flacucho de en medio y los conductores me agradecían con la cabeza o me enseñaban el dedo corazón, baje la cabeza ante eso.

- Idiotas - murmuro Ethan - Segura que te sientes bien, estas muy pálida.

No daba crédito a lo que estaba pasando, el mariscal de campo, el chico popular y malditamente sexy del colegio estaba preocupado por mi, su semblante lo decía.

Mi corazón amenazaba con salirme por la boca y mi respiración era dificultosa al tener a tanta belleza junta a solo un paso de mi. No me encontraba del todo bien esta respiración no indicaba nada bueno y ya había utilizado varias veces mi inhalador así que ya no tendría medicina, no podía irme a casa en bicicleta.

Maldición. Es por eso que necesitaba un auto.

- Padeces asma ¿no? - pregunto con una ceja levantada. Sexy.

Lo mire con los ojos entrecerrados 

- Mi hermano pequeño... - se aclaro la garganta y recupero su postura de chico popular. Me confundía. - Tenia asma de pequeño, varias veces tuvimos que ir al hospital de urgencia, sus pulmones se cerraban. Escucho tu respiración y me regreso ocho años al pasado  - explico.

- Si, tengo asma - respondí con la voz enronquecida.

- ¿Traes tu medicina contigo? - negué con la cabeza 

- Ven, te acompaño a tu auto - me tomo del brazo para guiarme por el estacionamiento casi vació. Mi corazón dio un vuelco y mi respiración se agito aun mas.

- No... tengo auto - le informe. El paro y me soltó "por favor no me sueltes" - pensé

- ¿Como llegas a tu casa? 

- Camino o... en bici 

- ¡Una persona con asma no puede caminar o andar... "En bici"  - Realmente parecía preocupado, incluso mas que yo.  

- Te llevare a casa - con eso estuve a punto de ahogarme el se asusto y se apresuro a llevarme hasta su auto.

El trayecto fue en silencio, solo se escuchaba mi respiración dificultosa y de vez en cuando el claxon que hacia sonar Ethan cada vez que alguien se interponía en nuestro camino.

Una Chica Fuera De Este MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora