Una Chica Fuera De Este Mundo

Primera mision

- ¡Muy bien! creo que ya estas lista para tu primera misión - Iliana aplaudió mi éxito, esta vez, al segundo intento de hacerlo lo logre.

- Cuantas veces he escuchado eso - dije suspirando estaba tan cansada como nunca pensé que estaría con esta nueva fuerza. - Cuantas cosas mas me faltan para completar esa lista tuya.

- Mhm... solo trescientas noventa y cuatro

- ¿QUE? - sus sonoras carcajadas ahuyentaron a las aves que intentaban hacer su nido en los arboles.

- Es una broma tontita

- Creo que tanto tiempo en la tierra te hace mal - añadí en un quejido.

- ¿Por que?...

- ¡Niñas, vengan a cenar! - grito mama desde la ventana de la cocina que daba al patio, hacia esto todas las noches desde hace mas de un mes.

Al siguiente día después de haber encontrado a Iliana en el bosque empezó mi entrenamiento teorica y practica, después de clases, para agudizar mis sentidos y aprender a controlar mis poderes no que ellos me controlen ami. Típico de superheroes.

Me pare del césped y le sonreí a Iliana - Lo siento, no quise decir eso, aprender a ser humano es lo mejor que hay con sus defectos y virtudes. Si no entramos a casa ahora sabes que nos llevara a rastras.

Ella soltó una risita - Lo se y solo estaba bromeando.

- Entonces...

- Estas cien por ciento lista

- ¿Osea que no hay mas entrenamientos?

Negó con la cabeza.

En ese momento el dolor del cuerpo se esfumo con la descarga de felicidad que me acaba de inyectar Iliana con sus palabras, salte, me eleve e hice piruetas en el aire por la emoción, no porque iría a hacer las misiones, si no por que ya no habría mas entrenamientos, mas cansancio, mas historias. Ya no habría nada.

- Pero que bicho le pico - mi mama salio para ver el espectáculo que hacia en el aire, baje de las alturas para darle la buena noticia.

- ¡Ya no habrá mas entrenamientos mama! - la abrace mientras las tres reíamos, al parecer les contagie mi felicidad.

- ¡Muy bien, amor! Y ahora cual sera su pasatiempo.

- Mejor entremos para cenar - interrumpió Iliana.

- Siguen las misiones mama - La cara de Iliana me decía que había metido la pata, mama cambio su cara de felicidad por una de preocupación y supe que ella no sabia nada de esto, o bien, sabia lo que significaba.

- Tienes razón Iliana, es mejor que entremos para cenar -. Mama entro a la casa muy seria y yo mire a Iliana, su cara reflejaba culpa.

- No le dijiste de las misiones verdad

- Si, si lo hice pero no le di una explicación detallada de lo que arias, solo le dije que lo hablaríamos cuando fuera el momento.

Ella entro sobre los pasos de mi mama y yo solo me quede viendo su espalda hasta que ya no alcance a verla.

La cena fue en silencio y tan incomoda que pareció eterna. Mama solo se limitaba a mirar su plato llevándose un bocado a la boca de vez en cuando.

- Por que no empiezas con lo que tienes que decir Iliana - dijo mi mama cuando hubo acabado su cena.

- Si mama, te lo explicaremos todo - las dos me miraron, yo mire a Iliana - Dijiste que lo hablaríamos.

- Me refería a tu madre y a mi