New York, 06:47 a.m.
- Es hora de levantarse – la mucama entro abriendo las cortinas.
Desgana de se levanto tomo un short algo desgastado, una blusa de barras y sus van’s negros, camino al baño y comenzó a darse una ducha. (http://www.polyvore.com/bosque/set?id=65282825#stream_box)Sophia Charlotte Hamilton, o Charlie Hamilton, tiene 17 años, es hija única y heredera de la gran fortuna, sus padres están divorciados desde que ella tenía cinco años; su madre era una mujer muy educada y toda una dama, podría ser la mujer perfecta, y eso solo la convertía en lo contrario a ella, Charlie era rebelde y claro, cuando se lo proponía podría llegar a ser la señorita mas educada o simplemente perfecta, al igual que su madre, aunque claro eso era en verdaderamente pocas ocasiones.
- ¡Charlotte, apúrate! - volvió a insistir su madre cuando ya había terminado de maquillarse y colocarse sus zapatos.
- ¡no me llames así! – grito molesta, odia levantarse temprano
Finalmente tomo su mochila y bajo a el comedor donde ya esta servido su plato y sus padres ya estaban desayunando.
- Buenos días – saludo su padre, mirando el periódico.
- No tienen nada de buenos – murmuro.
- ¡Charlotte! – la miro su madre – a tu padre no le hablas así.
- ¿enserio te importa como le hablo? – se burlo – ni siquiera sé que haces aquí, hasta donde yo se ustedes ya no son nada desde hace bastante tiempo.
- ¡Charlotte! – la regaño su padre – tu no…
- ¡¿Cuántas veces les tengo que decir que no me digan así?! – lo interrumpió – sabes que no me gusta que me digas Charlotte.
- Tu madre y yo queríamos hablar de tu comportamiento – sentencio su padre.
- ¿Y para eso era necesario que vinieras? – pregunto molesta.
- Creímos que seria buena idea desayunar en familia – dijo su madre dulcemente.
- Como sea, me voy al colegio – dijo y tomo un trajo de el jugo de naranja, se levanto de la mesa.
- ¡Sophia! – se levanto su madre y Charlie paro en seco – me podrías explicar ¿Por qué esta vestida así?
- ¿Cuántas veces te tengo que decir que no me digas así? – dijo refiriéndose a su primer nombre, Sophia, prefería mil veces que le dijeran Charlotte – y tu no eres nadie para decirme como vestir – dijo saliendo del comedor y dirigiéndose a la puerta, tomo su mochila y salió de la mansión de su padre.
Justo ahí afuera de su puerta estaba Dylan, un chico mayor que ella por un año con quien salía, no era nada formal pero últimamente la daba por reclamarla, subió a la motocicleta y observo a su madre parada en la puerta.
- ¡Sophia baja de ahí ahora mismo! – la regaño su madre.
- Arranca – le susurro a Dylan - ¡adiós mami! –dijo despidiéndose en tono de burla.
- Así que ¿Sophia? – le pregunto Dylan en el primer semáforo rojo.
- No le puedes decir a nadie – lo amenaza.
- Ahí linda – dijo y el semáforo se puso en verde, después de eso dieron vuelta y llegaron al colegio.
- Gracias por traerme – dijo y bajo de la motocicleta, pero Dylan le tomo del brazo evitando que se fuera más lejos.
- ¿y te vas a ir así nada más? – la miro, ella ya sabia a que se refería.
- Casi lo olvido – se acercó y justo antes de darle un beso en los labios se volteo y se lo dio en la mejilla – adiós lindo – se zafo de su agarre e ingreso a el colegio.
