¿Primer día de clases?

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*

-Y eso fue lo que paso, a causa de eso, he quedado más solo que nunca -me decía secando sus lágrimas por cada frase.

Pobre chico madre mía, no pensé que llegaría a ser tan fuerte el tema de su familia, al principio no sabía que decirle, sólo darle un largo abrazo y decirle de que todo iba a estar bien.

-Yo nunca voy a dejarte solo ¿vale? Te lo voy a prometer-

-¿Por el meñique?-

-Por el meñique-

Ambos hicimos el pacto del dedo pequeño y nos dimos un último abrazo. De repente algo salta a la cama y me asusto, era un gato bebé de pelaje negro y blanco, muy lindo.

-¿Y este es tu gatito? -acaricie su cabeza.

-Sí, y es gatita, la encontré el otro día por aquí dentro de una caja, y no dude en traerla, amo los gatos Dios, le llame Raspberry-

-Original -reí.

Noté como una pequeña sonrisa empezaba a reflejarse en su rostro, eso me ponía de puta madre, saber que le cause algo de felicidad.

-Oye, yo no sé nada de ti, cuéntame como es tu vida, tu familia -dice interrumpiendome de mis pensamientos.

-Pues...como cualquier persona que te puedas imaginar, aunque no paso mucho tiempo con mis padres, son algo distantes con ellos mismos, incluso están planeando separarse -dije cabizbajo.

-Oh...lo siento...no debí preguntar eso-

-No te preocupes por algo así, son cosas que pasan nada más-

-Bueno-

-Y tú, ¿cómo te llamas? Hablamos y ni siquiera sabemos nuestros nombres -dije en risillas.

-Rubén, ¿y tú?-

-Miguel-

-Me gusta ese nombre, es bonito-

Mis mejillas se ruborizaron un poco al escuchar eso, nunca nadie me mencionó sobre de que mi nombre era lindo.

-Pues gracias, y ¿vas a la escuela?-

-Antes iba, cuando estaba en Noruega, ahora no, y tampoco me apetece ir -bufó.

-Pero es algo que te serviría mucho para tu futuro ¿sabías?-

-No sé-

-Ven a mi Instituto, y yo y te ayudo a estudiar y hacer los trabajos-

-Es que me aburro coño-

Al final igual termine convenciendole, y estuvimos así todo el día, conociendonos cada vez más, haciéndonos miles de preguntas, ambos tenemos la misma edad, dieciséis. Rubén al parecer se sentía cada vez más seguro conmigo, al igual que yo con él.

Abraham me había llamado de por que no había asistido a clases, y le conté lo sucedido, al principio quedó perplejo pero al final se tranquilizó cuando le dije que estaba en casa del castaño.

Narra Rubén

¿Qué me pasó?

Estaba hablando con el pelinegro de nombre Miguel, nos contamos varias cosas, es divertido y me hacía en pocas ocasiones sacar una sonrisa, siento algo de felicidad en mi interior, no pensé que hablar con alguien me sentiría bien y más si se trata de Miguel, la persona que me estiró la mano cuando caí al suelo...y que más encima, ni siquiera se lo había pedido.

*

-Hey, ya ha amanecido... -murmura Miguel moviendome de manera delicada.

-¿Qué?... -dije abriendo los ojos y haciendo una mueca cuando este abre las cortinas.

Estaba en casa de Miguel, habían pasado dos meses desde lo sucedido en mi barrio y él ya estaba mejorado completamente. Nosotros quedamos en que yo me iría sólo por esta vez a dormir en casa de Miguel para saber con más facilidad donde quedaba la escuela y después irme solo.

Tomamos desayuno, un poco extraño para mi por el tema de que no lo hacía desde hace mucho. Ahora sentía hambre y un poco más de curiosidad por la vida.

Salimos del apartamento, y caminamos hacia el colegio, encontrándonos con Abraham, su primo, de verdad que mola este tío con sus chistes y bromas random.

-¡Hola Rubén! -dice Abraham dándome un abrazo.

-Hola -respondí en una pequeña sonrisa.

-¡Vamos que la maestra quiere presentarte a la clase!-

Asenti y camine detrás de ambos, sinceramente estaba nervioso y más porque soy muy tímido, aunque lo que más se pasaba por mi cabeza, es que todos me aceptaran.

-Buenos días chicos -dice la profesora mientras entrábamos por la puerta.

Ellos saludaron y yo me quedé detrás de Miguel, evitando a que los demás me vieran, pero el muy hijo de puta se va hacia su banco.

-Usted es el alumno nuevo ¿no es así? -me dice la maestra dirigiéndome la mirada.

-S-sí -dije en tono bajo.

-¿Nombre y apellido?-

-Rubén, Rubén Doblas-

-Muy bien, espero que respeten a Rubén como él lo hará con ustedes... -le habla a los alumnos para luego mirarme -Como llegó con Miguel y Abraham, puede ir a sentarse detrás de ellos-

Le di las gracias y me dirigí hacia lo que sería mi nuevo banco, que quedaba al final del salón, notaba como la gente se giraba para verme, estaba sentado solo y saque mi cuaderno de historia.

*

-¿Y qué te pareció la escuela? -me pregunta Miguel mascando de su manzana.

Estaba con Miguel en mi casa, sentados en mi cama, había sido un día agotador, pero algo interesante.

-Bien, creo-

-Espero que siempre sea así porque aún nos queda mucho-

-Bueno, será mejor que te vallas tengo que ir a darme una ducha -le dije llendo al armario para sacar una toalla.

-Ah pero no te preocupes por eso, puedo esperar -dijo sacando su móvil y auriculares.

-Si quieres, pero debes irte antes de que salga ¿vale?-

Asintió y camine hacia el baño que quedaba al lado de mi habitación y abrí la llave hasta que el agua se temperara, me desvesti y entre a la ducha, relajandome por cada gota caliente que caía a mi cuerpo, desconectandome un rato del mundo real, tratando de no pensar en la tragedia y enfocarme ya en lo mío. Sé que Miguel me ayudará en lo que sea, estoy seguro de eso, es un muy buen amigo y pues...eso me gusta.

Cuando terminé rodee la toalla en mi cintura y sali encontrandome a Miguel acostado en mi cama durmiendo. Nervioso tome ropa de mi armario y me fui al baño otra vez para vestirme ahí, cerré la puerta y me quite la toalla.

Narra Mangel

Estaba recostado en la cama de Rubén escuchando música, cuando de repente mis ojos automáticamente se cierran. Al cabo de un rato siento una presencia cerca de donde estaba pero no quise reaccionar aún, tenía mucho sueño.

Abrí los ojos cuando me dieron unas putas ganas de ir al baño, vi la puerta semi abierta pensando que Rubén ya se había vestido, pero cuando abro me encuentro con la sorpresa de que había un Rubén desnudo y colorado viéndome al abrir.

-¡Miguel! -me grita tapandoce con la toalla -¡Cierra la puerta cabrón!-

-Perdón perdón -dije cerrando de manera rápida.

Mis mejillas al momento se sentían calientes y rojas, tome mis cosas y me fui a mi casa arrepentido.





Bueno bueno vamo a calmarno, lo sé, no he subido hace dos días(? Y el motivo fue que mi mamá no estuvo, y el Internet lo consigo de ella😔 y en mi familia nadie tiene, odio el tener que conseguirme en lugar de tener instalado en la casa, de verdad lo lamento mucho:(

Los amo con todo el kokoro💕

Hasta la próxima💖💖

No Te Necesito. [Rubelangel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora