Bohemian Rhapsody

¿Cómo es que estamos aquí?

Ethan se encontraba en su pequeño departamento, revisando con atención los proyectos de sus alumnos; era el final del ciclo escolar de su universidad y con prontitud debía asentar las notas finales de ellos; aunque para él era más fácil mandarlos a repetir, ya que nadie había entendido las maravillas de la química (según sus pensamientos). Pero debía mantener el porcentaje de aprobados y reprobados, así que dejó pasar a los que él consideraba dignos y a los que no, pues a repetición. Pasa algunas horas y ya tenía todo el trabajo resuelto, así que se tomó un pequeño descanso y hace memoria de lo que ha pasado en estos últimos meses.

**MESES ATRÁS**

El pelinegro se encontraba en una cafetería, bebiendo una taza de su té preferido y que solamente en ese lugar lo encontraba con el sabor que le encantaba: té de jazmín y con algunas galletas de nuez. Tan tranquilo estaba, metido en sus pensamientos que no se fijaba en quien entraba a la cafetería, hasta que alguien entró y sin querer tiró el bolso del profesor que contenía papeles y libros con diversas anotaciones. Entonces el desconocido se inclinó a levantar todo, pero sin que el dueño de las cosas se fijara en él.

—Lamento mucho haber tirado tus cosas, no me fijé que estaban cerca de mi brazo —comenta con algo de torpeza, mientras intenta levantar todo.

Y sólo así, la atención del otro fue captada

—¿Por qué no te fijas por donde se dirige tu mano? —Se inclina para ayudar al otro joven. Era un rubio, de ojos azules muy apuesto y con un cuerpo bien trabajado.

El pelinegro estaba molesto, y cómo no, si todos los trabajos y papeles de la universidad estaban desperdigados por el piso cercano a la mesa del profesor; aunque aquel joven rubio había captado su atención, fijándose de los ojos azules tan profundos como el océano y que poseían un leve toque verdoso, haciéndolos interesante, al parecer del mayor. Ethan era alguien muy asocial, así que era raro que saliera o sostuviese relación alguna con alguien ¿Por qué mencionar eso? Porque en él, apareció un interés anormal hacia el otro, aunque no lo demostraría.

—Venía distraído, me surgió un problema a última hora y venía aquí para relajarme un poco y pensar en una solución.

—Ah... ¿Y crees que a mí eso me importa?

—De nuevo lo lamento, tengo la mala costumbre de comentar lo que tengo en mente. Por cierto, mi nombre es Adam Bradley, ¿puedo saber cuál es su nombre?

—Demasiado confianza sería el decírselo —acabando su té, toma sus cosas y paga la cuenta, dejando una generosa propina al mesero.

No a cualquiera debe decir su nombre, todo el que se le acerque podría ser un enviado de su familia para convencerlo a que regresara a la famiglia y, aunque creyó que ahí terminaría todo con aquel chico guapo, cada vez que iba a esa cafetería se lo encontraba y con eso se dio cuenta de que el rubio no era más que un simple rebelde que deseaba restaurar un nuevo orden. ¿Cómo lo sabía? Porque el menor (ya hasta le había dicho su edad) le ha contado todos los planes que tiene en mente y como los de la famiglia saben su identidad, es muy fácil ubicarle y debilitar su facción, pero al parecer, este nunca se daría por vencido (a los ojos de Ethan).

Y así fueron prolongándose sus encuentros (hasta el punto de encontrarse diario en la cafetería) Ethan con su amado té de jazmín y Adam con una taza de café bien cargado. Generalmente el pelinegro se dedica a escuchar al rubio, ya que no tiene ni la más mínima intención de ayudar o aconsejar al otro por su cauda, por su origen.

El rubio está más que feliz por la presencia del más alto, ya que desde que le conoció en ese pequeño incidente con las cosas del otro, le había caído demasiado bien, hasta el grado de averiguar sus gustos con los de la cafetería (por la cual supo que es un cliente frecuente de ahí y que siempre pide té de jazmín y galletas de nuez, a veces variando el tipo de galletas) y con ello también supo que días solía ir el profesor, y no dudó en contarle sus planes, ya que el otro no se mira como aquellos que gobiernan las ciudades que entran en los territorios de la famiglia, ya que estos últimos nunca se aparecen públicamente y si lo hicieran sería bajo falsas identidades y Ethan no parece de esos, o eso cree el rubio.

A las pocas semanas, Ethan le proporciona su nombre a su "amigo", ya que a esas alturas le había demostrado que era alguien confiable, y lo bueno que la identidad de "sus familiares" es desconocida; logra conversar un poco más con el contrario y abrirse, comentándole una que otro detalle de su pasado, sin entrar en muchos detalles; Adam lo escucha con mucha paciencia y admiración, aunque a veces le gana el sentimentalismo y las ganas de abrazar al mayor son muchas, pero se contiene, el otro no es alguien que sea conocido por ser cariñoso, sino todo lo contrario: por lo que supo, a pesar de ser alguien muy reconocido y respetado en la universidad en la que trabaja, es alguien con un misterioso y oscuro pasado, a tal grado de que muchos le tienen miedo, como si este fuera traerles una especie de amenaza.

Ahora (en la línea actual de la historia), le falta poco para terminar de calificar y poner calificaciones, faltaban algunos minutos para la media noche, cuando recibe un mensaje en el móvil que posee:

Adam [Text] >> ¿Estás despierto? ¡Vamos por un café! C:

Ethan [Text] >> No Adam

Adam [Text] >> Vamos~ Yo te invito, ¿Qué te cuesta decir que sí?

Ethan [Text] >> Va, de acuerdo, tú ganas. Te veo en una hora en... -inserte una dirección aquí- Y más te vale que sea bueno, sino no volveré a salir contigo ni siquiera a la esquina

Adam [Text] >> En una hora sin falta estaré ahí

Deja su móvil en su escritorio y continúa calificando, lo bueno que no le quedaban muchos por calificar y así podría llegar a tiempo al punto de encuentro, o eso es lo que quiere creer.

Adam está que no aguanta su felicidad. Lleva meses frecuentando a aquel profesor y cada día que pasa se convence más que es el tipo de persona que le gusta (en el sentido amoroso) y quisiera intentar algo con este, pero al ser el líder de la resistencia, será una tarea demasiado difícil, más que nada porque la famiglia podía atacar al profesor y hasta llegarían a matarlo y algo así no podría permitir ni lograría sobrevivir con esa carga. Ahora es un momento delicado para el movimiento, así que debe pensárselo antes de hacer algo.

La famiglia está al tanto de los movimientos del hijo pródigo y la matriarca de la famiglia, Evelyn Darcy, está muy contenta con la nueva amistad de su hijo menor, debido a que aquello lo pueden usar para dos cosas: chantajearlo para que regrese a la famiglia y retome su lugar y obtener información sobre aquel grupo de resistencia que se ha formado en los últimos años y que ha sido un verdadero dolor de cabeza para ellos, en especial de su líder, Adam Bradley.

La obra está recién a comenzar. Los invitados poco a poco van llegando al lugar, y los privilegiados poseen asientos en primera fila, para observar el drama que después se va a presentar; apenas se está anunciando la primera llamada y los actores preparan sus atuendos y sus diálogos. Y la famiglia Darcy estará ahí para observar la caída y traición que cometerá alguno de los actores de la obra.

Que los invitados aplaudan, para que los actores se apresuren a presentarse.

Ethan Darcy se arregla su vestimenta, después de terminar los pendientes de la universidad. Se coloca una gabardina a sus espaldas, hace algo de frío en la calle a estas horas.

Adam Bradley afina los detalles para dentro de unas horas: llevará a cabo una pequeña sublevación y marcha en contra de la famiglia, con el apoyo de algunos valientes; al terminar, se cambia con unas ropas más informales y se coloca una chamarra, está cerca la época de invierno y es necesario cuidarse para no enfermarse.

Falta poco para el acto y la famiglia tiene preparada un par de sorpresas para ellos dos.

Sólo deben ser pacientes, para que lo disfruten como debe de ser.

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