Concebir la vestimenta como un portal que, sin brindar contenido íntimo del portador, promete un viaje a su conocimiento. Pensar que el proceso matinal, vespertino o nocturno en el que se selecciona lo que cubrirá al siempre frágil cuerpo conlleva un rastro de nuestra esencia. Que el abrigo funcione axialmente como protector de frio (de lo contrario no se gastarían miles) y, sirva poderosamente como una manifestación del interior. Ver las conversaciones a la inversa, de tal manera que, al preguntar: ¿qué haces de tu vida? (una pregunta aparentemente honda) se conteste banalmente con la etiqueta de alguna carrera que al parecer define la vida del encuestado; por el contrario, al hacer el mínimo elogio, sea: “me gustan tus pantalones”, en realidad signifique: creo que eres interesante o creo que me gusta algo de tu personalidad o… La función del portal. Que por exteriores exista la posibilidad (expectativa) de ahondar (conocer superficialmente) al interior. ¿Quién quiere decir las cosas como son, anyway? Existen chamarras, pantaletas, leg-ins, zapatos, bufandas, lentes, aretes, gorros, cachuchas, calcetines, camisas, miles de combinaciones que requieren de un profundo conectarse a uno mismo. Un salto que damos por otros tantos que dejamos en el después. Una alternativa común para exaltar nuestra persona. Pero qué hay del luego, la belleza, el logos declarante, la dialéctica, qué hay de Dalí, la poesía, and so on, and so on. Queda el misterio, persiste y perdura la duda del destino del portal, un día puede conducir a las bajezas, otro a los temblores en el cuerpo1. Depende de qué poner con qué, el esteticismo individualizado entre chingos de adolescentes que van urdiendo su existencia a través del algodón, la seda, el poliéster. La vivificación de la dependencia hacia nuestras expectativas del mundo en nada más y nada menos que en las manos de un diseñador por demás ajeno a nosotros.
1: Tómese los temblores en el cuerpo como aquellos momentos en que cuenta algo tan arraigado en su interior, que parece que duele sacarlo.