La biblioteca

Capítulo único

Universo alterno, alerta de genderbend (cambio de género)

Línea de tiempo: después del regreso de Olivia (Oliver) post- canon

La biblioteca

Taniyama Maito suspiro con fuerza. Dejo el libro que estaba leyendo y deposito su peso sobre el espaldar de la silla. Clavo la vista en el techo y levanto las trompas mientras exhalaba una vez más.

Estaba aburrido.

Tenía más de tres horas metido en esa biblioteca antigua. Estaba hasta el cuello de libros y documentos antiguos que había leído buscando información útil para el caso en el que su equipo se encontraba.

Envió una mirada de reojo hacia su compañera a la derecha y de no ser por la indignación que lo adverso ante lo que estaba haciendo, se hubiera reído a carcajadas. Allí, se encontraba Takigawa Youko, durmiendo toda desparramada sobre la mesa. Escurriendo baba a montones y teniendo una pequeña burbuja de moco que se inflaba y desinflaba al ritmo de su respiración, una imagen bastante cómica.

El joven castaño bufa con molestia, desviando el rostro para no ver a la mujer. En otro momento se hubiera reído, incluso burlado y aprovechado, pero el hecho de que Youko estuviera durmiendo tan pacíficamente lo cabreaba. Él se estaba aguantando el hambre y el sueño para ayudar a resolver el caso, mientras la condenada roncaba como oso en invierno.

Bufo molesto nuevamente y volteo hacia la pelinegra a su derecha.

Al verla, dejo su ceño fruncido y sonrió levemente, -como el pobre idiota enamorado que era.

¡Y es que no podía evitarlo!

Olivia se veía tan linda cuando estaba concentrada en una lectura. Le gustaba contemplarla, pero su escena favorita era cuando leía porque su rostro se relajaba tanto como cuando dormía- la cual era, en efecto, su escena favorita original.

Apoyo el codo en la mesa, la mejilla en su mano, y sin dejar de sonreír comenzó a contemplarla de forma penetrante.

Sus cortos y delicados rizos negros chocando suavemente contra sus mejillas, haciendo un contraste con la blancura de su piel. Sus lindos ojos azules clavados en el papel en señal de concentración. Su pequeña nariz blanca y sus finos labios rosas...

Era su musa.

-Maito.

El castaño pestañeo un par de veces con rapidez, regresando de bobalandia gracias a la suave voz de su novia.

- ¿porque no estás trabajando?

- Ya termine con mi parte de los libros. - responde tranquilo, inclinando más el rostro dando una imagen muy tierna que Olivia no vio al no haber levantado la vista del libro entre sus manos.

-¿y no tienes nada más que hacer? - pregunta tranquila, pero la autoridad en su voz le dio un tono de seriedad y reproche.

-Sí.

-¿y se puede saber qué es? – pregunto con desde, levantando la vista del libro para mirar a su asistente slash novio slash creador de tés.

Maito sonrío de manera amplia, afincó los codos en la mesa y las mejillas en sus manos. Centrando toda su atención en la pelinegra delante de él.

-Mirarte.

Olivia ensancho los ojos levemente, sorprendida por el descaro del castaño. Pero su mueca duro unos segundos antes de que una sonrisa ladeada apareciera en su rostro y arqueara una de sus cejas con gracia.