Remember - ME

Capítulo II

Se había desmayado.

-¡Harry!- A pesar de lo frecuentes que se habían vuelto los vahídos, Anne se seguía asustando cada vez que ocurrían - ¡Harry, despierta!

Lo sacudía con fuerza, sabía que el chico despertaba a más tardar dos minutos después del desvanecimiento, sin embargo, su intuición le decía que pasarían cosas malas si Harry no lograba moverse después de ese tiempo

-Umm... - Harry comenzaba a abrir los ojos al minuto con 37.

- Harry, hijo ¿Estás bien?- El susto había pasado y Anne ahora respiraba más tranquila.

- Si mamá, tranquila, estoy bien, pero... ¿Dónde estamos?

Así era la vida desde hacía tres semanas, aunque Harry pensaba que habían transcurrido años, no había pasado el mes. Se desmayaba de pronto, sin ninguna razón aparente. Como se dijo, despertaba máximo a los 2 minutos, sin exceder ni un segundo siquiera. Sin daños físicos notorios, todo apuntaba a una desnutrición o algún problema neuronal como un trastorno de pérdida de memoria, pues después de los desmayos, Harry no lograba recordar ciertas cosas, como lo que habían almorzado por la mañana o la película que había visto la noche anterior. Parecían cosas simples, pero a medida que pasaban los días, los desmayos sucedían en lapsos de tiempo más cortos y con olvidos de mayor importancia.

Anne sabía que pensar en algo neuronal no era la respuesta.

-Es nuestra nueva casa, cariño.

-Dijiste que llegaríamos mañana con la mudanza.

-Lo sé Harry, pero hoy es "mañana", fue ayer que dije tal cosa. Bueno, no importa, lo has de haber olvidado, vamos adentro.

Entraron. La casa era bastante espaciosa para sólo dos personas; Harry tenía una hermana mayor: Gemma, ella se había independizado al ingresar a la universidad, así que no estaría por allí hasta navidad, sin embargo, Anne había apartado una habitación la cual quería decorar adecuadamente para cuando su hija viniera. Era especial.

El aposento de Harry había sido designado previamente por Anne; sabía que a él le gustaba observar cosas y que a veces solía pintarlas, así que le facilitó un cuarto del segundo piso, el del fondo, el cual tenía una ventana pequeña, pero que Anne se había encargado de hacer agrandar antes de mudarse.

-Gracias- pensó. A Harry realmente no le importaba el dónde dormiría, pero agradeció internamente a su madre el que fuera en un lugar aislado y con vista hacia fuera.

Los de la mudanza habían ayudado a subir y acomodar los muebles en todas las habitaciones. La cocina estaba equipada, el gas en su lugar; todo estaba listo para comenzar una vida normal en aquel sitio.

Harry soltó un suspiro. Su vida cambiaría radicalmente.