Y allí estaba yo.
Sola. Triste. Abandonada.
Lo usual.
Pero supongo que el destino era así, y nada podíamos hacer salvo secar nuestros pañuelos al viento.

ESTÁS LEYENDO
Lo que nunca pude decirte
Short Story¿Estabas enamorado de mí... o enamorado del sentimiento?
v e i n t i c u a t r o
Y allí estaba yo.
Sola. Triste. Abandonada.
Lo usual.
Pero supongo que el destino era así, y nada podíamos hacer salvo secar nuestros pañuelos al viento.