— ¿Por qué te diviertes tanto en hacer esto...?— El esqueleto más bajo toca la herida que fue causada por el niño. — ¿Tienes una razón por la cual te agrada hacer sufrir a monstruos inocentes?
— Simplemente me divierte verlos hacerse polvo, ¿qué acaso no tengo derecho en divertirme un poco? ¿Acaso no merezco tener un final feliz a mi manera? —Guarda el cuchillo que tenía en sus manos.
— Eso es egoísta, niño. — Limpia su esquelética mano ensangrentada con su chaqueta. — Aunque, también me podría considerar egoísta en querer tener un final feliz con todos mis amigos y mi hermano... todavía recuerdo la primera vez que ese niño nos dio libertad y tuvimos la oportunidad de salir a la superficie; todos éramos muy felices. —Ríe —Pensé que el niño también lo estaba, pero cuando lo vi apretar el botón de reiniciar, me di cuenta que no estaba satisfecho con lo que había hecho... ustedes, los humanos... — Fija su vista al niño. — O no sé realmente que son ustedes, son tan complicados...
—Frisk fue inteligente al reiniciar y hacer otras cosas en este mundo... si tienes la oportunidad de recrear el mundo, ¿por qué no intentar algo nuevo? Es por eso que acepto mi idea de matarlos a todos, y tal parece que le agrado mi idea, tanto, que hizo la misma ruta una y otra vez. —
—Bueno... es momento que sigas con tu aventura, aunque debo advertirte... si reinicias y tratas de hacer las mismas acciones otra vez, te haré pasar un mal rato al igual que ese niño.
—Como tú digas, comediante, es momento de que te hagas polvo.
Antes de que el niño (o mejor dicho, demonio) le diera un último golpe, el esqueleto más alto venía de regreso.
Aquel demonio le pareció buena idea que su hermano menor viese como su hermano mayor se hacía polvo delante de él.
Antes de irse, dio una última risa y corrió para seguir con su masacre. Ya se encargaría después del otro hermano esqueleto.
[Narrador]
— ¡Sans! ¡Humano! ¿Por qué tardan tanto...? — Ve a su hermano sentado en la nieve mientras que en sus dientes y costillas se derramaba un líquido rojo. — ¿Sans...?
— ¡Hey! ¿Ya terminaste de recalibrar tus puzzles?
— ¿Q-Qué ha sucedido?
Por primera vez, Sans observo un gran temor en el rostro de su hermano. Este le miraba atemorizado y pareciese que estuviese a punto de llorar.
—Oh, te refieres a esto, no es nada, hermano, estoy bien. — Guiña su ojo izquierdo.
Papyrus toma a su hermano en sus brazos. El sabía que no estaba bien. Y que aquel liquido rojo, no era cátsup
—Sans... ¿el humano te hizo esto?
Sans ya no podía mentirle a su hermano. Ya le había mentido varias veces.
No sólo le mentía que los regalos que obtenía en navidad eran por parte de santa (realmente esos regalos eran hechos por el rey o por el mismo), sino también otras cosas que, viéndolo bien, no le afectaban realmente a su hermano, pero se hacía costumbre mentirle más y más.
—Si Papyrus, fue el humano. — Corresponde el abrazo.
—Y-Y... ¿P-Por qué lo hizo? —Algunas lágrimas empiezan a bajar de sus cuencas.
—No lo sé, tal vez este aburrido y lastimar a monstruos le parece divertido.
—... —
Sans aleja a su hermano para tenerlo de frente.
—Escucha, Papyrus, escúchame muy bien... ese humano es muy peligroso, y aunque sé que eres genial y siempre haces cambiar a las personas para bien y crees en ellos, este humano simplemente no va a cambiar aunque tú te esfuerces... así que, no intentes hacerlo cambiar ni menos intentes enfrentarte a él, porque el... —Sonríe levemente. — Va a matarte.
—Sans... pero si lo ayudamos... — Fue interrumpido.
— ¿Vez a lo que me refiero? Tú eres genial, hermano, y siempre quieres verle el lado positivo a todo, pero ahora, es imposible hacerlo. Entiende, este humano no tiene piedad por nadie... por eso te pido que te alejes lo más posible de él, ¿sí? No quiero que te haga lo mismo que a mí... escóndete y espera a que todo esto termine, tal vez el humano llegue aburrirse y deje de hacer todo esto... ¿me prometes que harás lo que te digo?
— Sans yo...
—Papyrus, por favor...
— Te lo prometo.
— Gracias Papyrus, eres el mejor. —Con sus esqueléticas manos, quita algunas lágrimas que salen de las cuencas de su hermano. — No llores, Pap, eres el gran Papyrus, tú eres muy valiente y muy fuerte, tú no eres así.
—Sans, tengo miedo...
—Si haces lo que te dije, estarás a salvo, y no tendrás la necesidad de tener miedo... créeme.
— ¿Y si el humano no se cansa de lastimar a más monstruos?
Sans no sabía cómo contestarle a Papyrus.
— ¿Sans?
—No se lo sé, Papyrus, tal vez debes seguir esperando.
Un momento de silencio fue dado al terminar la respuesta de Sans.
Tanto Papyrus como Sans tenían miedo.
Sans por dejar solo a su hermano y que este no haga caso a su petición. Y Papyrus, por pensar que se quedará completamente solo y cuando necesite ayuda, su hermano Sans no esté para darle una mano... literalmente.
—Paps, no diré esto seguido, y que en lugar de decirte esto te hago enojar bastante con mis malos chistes y mi gran pereza ante todas las situaciones... pero nunca olvides que te amo. —
Sans, con las pocas fuerzas que le quedan, trata de abrazar a su hermano por última vez.
— Yo también, Sans.
Papyrus corresponde al acto de su hermano.
Esta situación era muy difícil para el menor, ya que, la persona con la que ha pasado toda su vida, de un día para otro, desaparece.
-Tú eres mi Sans-shine, mi único Sans-shine-
-Eres muy gracioso, aunque lo odio-
-Tú siempre sabías, querido, cuánto te amo-
-Por favor, no te lleves lejos a mi Sans-shine-
[-Fin del recuerdo-]
Papyrus sostenía con fuerza la chaqueta de su difunto hermano.
El viento soplaba muy fuerte.
El viento, comenzaba aullar.
(La canción fue sacada de esta imagen)
Créditos al usuario de Tumblr: mideater.
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