Cuero Oscuro

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       El niño despertó a mitad de la noche transpirando. Habia tenido una horrible pesadilla en donde sus padres eran asesinados de manera atroz, luego de ser torturados por un hombre enmascarado. Su corazón palpitaba velozmente, parecía estar a punto de estallar. Le dolía la cabeza y no podía dejar de pensar en las repugnantes y sangrientas imágenes que contemplo en su sueño. Recordaba asustado, al responsable de la matanza. Este, llevaba una mascara de cuero negra que le cubría la cara completa, dejando visible sus ojos y su boca. No podía moverse de la cama, estaba inmóvil por el miedo. Su respiración se entrecortaba y le costaba cerrar los ojos. No podía reconciliar el sueño. Se sentía observado. Creía ver, entre la densa oscuridad, las pupilas color tiza del asesino en las sombras. 

     Luego de unos extensos minutos, se levanto de la cama y encendió la luz de su habitación. Todo estaba en su lugar, tal como lo había dejado su madre antes de acompañarlo a dormir. Nadie se encontraba allí. Se coloco las pantuflas y se dirigió hacia el baño. Antes de bajar las escaleras que lo llevaban a el, se asomo a la habitación de sus padres. Los dos dormían tranquilamente. Una sonrisa se dibujo en sus labios al verlos descansar sanos y salvos. Se dio media vuelta y camino, sin hacer ruido, hacia las escaleras. Se agarro con ambas manos del pasamanos y echo un vistazo hacia el comedor antes de bajar. Lentamente descendió por los antiguos escalones de madera, que crujían al ser pisados. Se sentía devorado por el incomodo silencio que lo acompañaba. Se apresuro y  una vez abajo, encendió las luces. La sala en penumbras cobro vida por la iluminación. El silencio que habitaba en la casa persistía, pero ya no le molestaba.  Su cachorro lo recibió moviendo su cola. Lo acaricio y dejo de lado la pesadilla por un momento. Se sentía protegido y acompañado por su perro. Junto a el, camino hasta el baño para lavarse la cara. El espejo, solo llegaba a reflejar su pequeño rostro. Abrió el agua fría y con las dos manos se quito las lagañas. Una vez echo esto, apago todas las luces y subió nuevamente las escaleras. Su perro, Corey, lo acompaño hasta su habitación. 

     Una vez en ella, cerro la puerta despacio y se acostó en la cama suavemente. Estaba cansado y tenia frío. Su mente estaba llena de pensamientos, entrelazados entre si aleatoriamente, sin sentido alguno. El miedo volvía a introducirse en su cuerpo. Imaginaba asustado, lo que pasaría si todo lo que soñó, se volviera real por algún motivo. No podía dormir. Daba vueltas en la cama, mirando cada rincón de la habitación. Temblaba de frío envuelto en las sabanas. Cualquier insignificante sonido interrumpía su desesperada búsqueda del  sueño. Quería llamar a sus padres, pero pensaba que si lo hacia, ellos se enfadarían con el por despertarlos. Permaneció quieto, acostado mirando la pared. Después de un tiempo, consiguió dormirse. 


Cuero oscuroWhere stories live. Discover now