Capitulo 3

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   En ese momento, sintió un vació total en su interior. Se quedo paralizado al contemplar la oscura y macabra escena que tenia ante sus ojos. El baño escondía horrores inimaginables. Todo estaba destruido y desordenado. Habia organos desparramados por los azulejos blancos. Las paredes estaban pintadas abstractamente con chorros de sangre salpicada. Lo que creyó ser una bolsa de residuos, era en realidad, el cadáver de su padre decapitado sentado en el suelo, apoyado contra la pared. Su sangre había manchado el vidrio de la ventana, gran parte de la pared y el suelo. Estaba completamente desnudo. Llevaba un gran pentagrama invertido en el pecho y varias cruces invertidas distribuidas por los brazos, dibujados con el filo de un machete que se encontraba a su lado. En sus piernas piernas, tenia profundos y extensos cortes que descendían desde sus rodillas hasta sus pies. Su cabeza cortada, estaba colocada dentro del lavamanos de cerámica. El espejo estaba roto, al igual que el vidrio de la ventana. Las cortinas de la bañera estaban arrancadas y sucias. En ella, yacía su madre, recostada sobre agua teñida de rojo oscuro. Estaba completamente desnuda y violentamente maltratada. Llevaba moretones y lastimaduras en su cuerpo. Su brazo izquierdo, había sido desmembrado y se encontraba fuera de la bañera triturado. Su cabeza estaba partida, se llegaba a ver el cráneo ensangrentado. Un grueso chorro de sangre escapaba de la herida. Su rostro, estaba brutalmente golpeado, era casi irreconocible. Tenia la mandíbula destrozada, alguno de sus dientes descansaban sobre sus pechos ensangrentados. Sus manos y pies se encontraban atados fuertemente por una soga deshilachada.

El pequeño estaba temblando descontroladamente. No podía respirar. Sentía como, poco a poco, perdía todo el aire de sus pulmones. Se sentía vacío por dentro. Aguantaba un nudo en la garganta que parecía ahorcarlo. Se largo a llorar mientras permanecía mirando la escena, destruido. Tenia el estomago revuelto, el olor que desprendían los cadáveres de sus padres asesinados era repulsivo. La crudeza de las imágenes era indescriptible. Las nauseas lo torturaban. Vomito al instante, apoyado en la pared, con la visión nublada por las lagrimas que se aferraban a sus parpados. Estas, cayeron al suelo junto al vomito y la sangre. Estaba a punto de desmayarse, no podía mantenerse en pie. Tambaleaba de lado a lado, mientras anhelaba fríamente su muerte. Quería desaparecer de allí. No aguantaba lo que estaba presenciando. Los latidos de su corazón y el llanto era lo único que escuchaba. Se sentía aturdido, debilitado, sin fuerzas ni pensamientos. Ningún pensamiento mas vagaba por su mente, solo la idea de escapar del mundo que lo atormentaba. Nunca antes había sentido esa sensación. Su infancia se destruyo en un segundo, su vida perdió todo el sentido. Sus pesadillas se habían cumplido inexplicablemente.

De repente, un fuerte sonido vino del segundo piso de la casa. Su corazón se detuvo y sus manos comenzaron a temblar violentamente. Dio por seguro, de que alguien mas estaba merodeando por la casa. No sabia como reaccionar ante la situación. Su mente estaba atormentada. Un impulso lo llevo a salir del baño para ir a ver que era lo que estaba pasando. Sin pensarlo, se asomo a la puerta. No vio nada, pero el ruido continuaba. Permaneció escuchando y se dio cuenta que alguien estaba caminando por el pasillo que lleva a la escalera. Aguantando la respiración, camino hacia ellas en puntillas, buscando hacer el menor ruido posible. Penso en escapar por la puerta principal sin ser visto, para buscar ayuda en la calle y alejarse de todo el horror. Se apuro para llegar a la puerta, pero se percato de que alguien lo estaba viendo. Elevo la mirada y se encontró con el mismo asesino de su pesadilla. La mascara que recordaba se veía mucho mas siniestra. El cuero que la formaba estaba de un color mas oscuro y sus ojos parecían brillar en la oscuridad. Llevaba cadenas colgando de su pantalón y un cinturón de tachas ancho. Era un hombre obeso y alto. Estaba vestido de negro con una remera manchada y rota. Su cara era irreconocible, estaba completamente cubierta por esa macabra mascara. El sujeto se quedo observándolo con una sonrisa desde lo alto de la escalera, sin despegar ni un segundo la mirada del pequeño. El, se orino en sus pantalones mientras lloraba mientras el miedo lo destruía. Vio como el enmascarado comenzó a bajar lentamente las escaleras, mientras llevaba su mano detrás del pantalón. Sin apartar la vista del pequeño, saco un revolver de su bolsillo y lo apunto bajando los escalones, manteniendo la enfermiza sonrisa. Tenia a su victima acorralada contra el rincón. Cargo el arma y le disparo. Un fuerte y crudo sonido dejo al hogar en silencio. La bala fue, en un abrir y cerrar de ojos, hacia su pierna derecha. El niño se cayo al piso alfombrado agonizando, soltando desgarradores gritos de dolor. El asesino se apresuro y lo agarro de los pelos, para luego arrastrarlo por el suelo hasta el baño. Una vez allí, lo arrojo contra el inodoro, como si fuese una almohada, y comenzó a golpearlo contra el. Lo hizo repetidamente, arrancando su cuero cabelludo con sus manos, disfrutando su sufrimiento. Le destrozo la cara como a su madre. Su nariz chorreaba sangre, su labio estaba cortado y tenia un profundo corte en la frente. Los guantes negros que llevaba, comenzaban a mancharse de sangre. Luego de dejarlo sin fuerza alguna, lo tomo del cuello y antes de estrangularlo por completo, lo metió en la bañera junto a su madre. Estaba aturdido, a punto de morir. El tipo, no conforme con lo echo, lo tomo de la remera y lo estampo contra la pared, mientras lo miraba fríamente. Su mirada reflejaba la locura en estado puro. Con el machete en mano, acaricio la cara demacrada del chico lentamente, corriendo la sangre de sus ojos que le impedía ver. Violentamente arranco su pijama y comenzó a dar machetazos en su hombro hasta lograr desprender el brazo de su torso. El niño se retorcía de dolor, mientras observaba rendido, los ojos del hombre. La sangre salpicaba por los aires, mientras el cruel sujeto se reía a carcajadas. Los gritos se mezclaban con la enfermiza risa y los golpes, creando una macabra melodía para sus oídos. Al realizar el corte final, la sangre empezó a brotar de su cuerpo. El brazo termino de desprenderse y cayo a los pies del asesino. El niño dio su ultimo grito. Este fue entrecortado por un seco y profundo corte en su garganta, que provoco su decapitación. La cabeza rodó por el suelo y se detuvo al chocar con la bañera.

El psicópata se saco la mascara de cuero negro y miro su reloj. Eran las cuatro de la madrugada. Todavía tenia tiempo para darle fin a su fantasía. Volvió a sacar el revolver de su pantalón y se acerco a los cadaveres despedazados de sus victimas. Comenzó a vaciar lentamente su cargador en ellos. Disparo tras disparo, apretando bruscamente el gatillo, inmune al violento retroceso. Todo era calma para su interior. Se sentía liberado con cada bala que soltaba. Sonriendo, observando el perfecto resultado de su obra hasta acabar el cargador. Una vez baleado los cuerpos, saco una cámara antigua de una bolsa que llevaba consigo y comenzó a fotografiar, al igual que un profesional, la oscura escena.

La policía y los bomberos estaban lejos de la zona, ya que la familia vivía en una pequeña casa en el campo. El, ya estaba decidido a terminar con su demencial obra. Tomo una botella de alcohol del mueble que estaba debajo del lavamanos y roció todo el baño con el. Saco su encendedor e inicio el incendio que daría fin a su plan. Mientras el fuego se expandía, se sentó a jugar con las extremidades desmembradas, al igual que un niño pequeño con sus juguetes. Despedazando cada una con un cuchillo, mientras tarareaba una melodía, feliz. Con el filo de este, procedió a cortarse las muñecas, esperando su muerte. La sangre brotaba de ellas, pero el dolor era inexistente. El fuego comenzó a adherirse a su ropa y a incinerarlo rápidamente. Tomo su mascara con las ultimas fuerzas que le quedaban y se tumbo en el suelo, mirando el techo. Luego de unos segundos, el ardor de las llamas incinero su cuerpo, dejando al descubierto su carne carbonizada. La casa se incendio por completo al cabo de unas horas, dejando bajo las cenizas los horrores ocurridos en aquella noche. 

Cuero oscuroWhere stories live. Discover now