《Capítulo tres》

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Día desconocido/ Hora desconocida

"Ayer llegué a mi casa y me fui a dormir ya que las voces estaban felices y gritaban que lo hiciera otra vez, quería hacerles caso, pero tenía que mantener la calma, no iba volverme un psicópata... ¿o sí?

No, soy una persona cuerda. Que tenga esquizofrenia es una cosa, pero tengo auto control, pero no puedo evitar sentirme tan bien al pensar en lo que le hice a Kevin, solo tengo ganas de saciar esta sed de sangre, sea de quien sea la sangre, pero tengo que controlarme, no puedo seguir pensando estas cosas."

Eso es lo que estaba escribiendo hasta que unas luces parpadeaban por mi ventana. Me asomé a ver qué sucedía, a través de mi ventana pude notar a la policía. De seguro habrán descubierto que fui yo quien empujo a Kevin por las escaleras, pero no debo dejar que me atrapen.
JAJAJA estúpidos, ¿creen que podrán conmigo? nunca me atraparan con vida, no pienso ir a la cárcel, él se lo merecía al igual que muchas personas.

Salí de mi casa hace unas horas. No sé qué hora ni qué día es, no me fije en la fecha de esta. Tan solo tome mi mochila, mi diario, mis galletas y una navaja suiza que escondía por ahí. Salí por la puerta trasera y me fui al bosque, desde entonces he escuchado la sirena de policías, pero no logran encontrarme.

Día uno.

Pasó la noche, estamos en verano por lo tanto estuve bien sin abrigarme. Me desperté antes de que saliera el sol, pude darme cuenta de que ya no estaban los policías, pero al llegar a casa pude notar a uno de los amigos de Kevin salir corriendo de Mi casa, estaba seguro de que algo no andaba bien.

Corrí rápidamente, al llegar pude notar que estaba cada rincón lleno de sangre, fui a la habitación de mis padres y pude ver sus cuerpos totalmente mutilados, todas las vísceras esparcidas por el suelo de la casa.
Las voces otra vez resonaban en mi cabeza, pero de una manera extraña, gritaban tan fuerte que apenas lograba entender. Fui a mi habitación a buscar ropa más cómoda, decidí ponerme unos pantalones negros algo, no tan ajustados, unas converse, mi polera favorita negra de nirvana y mi sudadera azul abierto. Pero al ver la pared decía "Esto es una venganza por Kevin." Escrito con sangre.

Ese maldito me las iba a pagar. Salí corriendo en dirección a su villa, por suerte lo vi justo cuando entro a su casa. Me asome en modo ninja por su ventana, percatándome de que se echó a dormir, ese malnacido iba a morir. Las voces solo se intensificaban a cada paso que daba.
Entre a la casa, primero fui por sus padres. Me acerque sigilosamente y con mi navaja una "X" perfecta en sus cuellos causando su muerte instantánea, para así darme el placer de torturar al imbécil tranquilamente. Vagué por la cocina para ver que podía encontrar de divertido, afortunadamente encontré un cuchillo carnicero.

Lo desperté con una gran cortada en su brazo, a lo cual el literalmente saltó de la cama, si hubiera tenido un poco más de fuerza se lo hubiera cortado por completo. Fue tan divertido verlo llorar por su vida, eso solo me quería hacer "jugar" más con él. Con brusquedad lo afirmé para empezar a cortar su otro brazo mientras él suplicaba piedad. Lo iba cortando vena por vena, arteria por arteria. La sangre salpicaba en mi rostro, era tan excitante que no pude controlarme. Las voces me dominaron por completo, en ese momento el último hilo que tenía de cordura se cortó, en ese instante al terminar de cortar su brazo lo apuñalé repetidas veces en el pecho. Al darme cuenta de que seguía vivo no hice nada más divertido que arrancarle los ojos, uno por uno.

Diario de un Esquizofrenico [Diarios #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora