Baños.

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Estaba en la aburrida clase de Geográfica, que por cierto odio, la profesora es una bruja gorda y creo que sus verrugas tiene más de 100 años, ni siquiera prestaba atención, solo veía el reloj, deseando que fuese el receso.
A mi al rededor estaba lo típico, las tontas cabezas de revista o las populares, los bravucones que parecen ex convictos o los nerds, siempre era todo lo mismo, peor hoy observando con más atención a mis compañeros, noté como una chica le tiraba un bollo se papel a otra, tal vez eran esos mensajes de "¿viste a ese chico guapo?" o cosas así,  pero al ver la reacción de la otra chica no se trataba de eso, tomó el pedazo de papel y lo apretó entre sus manos, con mucha fuerza, después se levantó ruidosamente, provocando un silencio repentino en todo el salón y se dirigió hacia la puerta.
"Collins Joanna, ¿a dónde creé que va?" la voz de la bruja detuvo a la chica, a "Joanna".

"Y-Yo, no me siento bien... y... y quería dirigirme a la enfermería" su voz era frágil y con mucha timidez, pero a la vez dulce, creo que es la primera vez que la escuchó.

"Está bien, vaya, pero ¡no deambule por los pasillos!" ordenó la bruja, dicho esto la chica salió rápidamente,  unos minutos después tocó el timbre, ¡RECESO!, con esto la manada de humanos aspirantes a adultos comenzó a tomar sus cosas y a dirigirse hacia la salida, a mi, como siempre, me tomó su tiempo poder salir, puesto a que soy alto y los para los bajitos es más fácil.

"Oye Ev, vienes a la práctica de la tarde ¿no?" dijo Derek, el chico de mi izquierda, mi mejor amigo desde que tenía pañales.

"¿Qué? Ah, si si... Oigan adelántense, voy al baño, ya saben que la Ballena no me deja salir para nada después de lo ocurrido la otra vez" dije esto mientras me daba la vuelta y me dirigía hacia los baños. 

"Ok, no nos culpes si después te queda lo más horrible" gritaron Derek y Fred, mi otro amigo, mientras se marchaban.

"¡Guárdenme un lugar tarados!" les grité, a lo que Derek sólo me enseñó el dedo, eso en su idioma significa "No, maldito bastardo". Me dirigí hacía los baños, al entrar no había nadie lo cual era raro, al pasar por las casillas de los inodoros, de una de ellas se deslizó un papel arrugado, quedando frente a mis pies, por mera curiosidad lo levanté y lo leí "marimacho, ¡muérete de una vez!" y por alguna razón pensé en... "Jo- iba a decir "Joanna", pero la voz dentro de la casilla me interrumpió.

"NO LO DIGAS, ODIO CUANDO LO DICEN" claramente era ella, pero ¿por qué esta en el baño de hombres?. 

"Ok, te diré Jo, ¿por qué estás en estos baños? ¿acaso tienes ideas pervertidas?" y si, ese es mi estúpido humor que sale en cualquier hora y lugar, por eso le caigo mal a algunas personas, pero sorprendentemente pude escuchar una risita saliendo de la casilla "Bien te diré algo, si no te molesta ahora voy a mear y después podemos ir a almorzar juntos y me cuentas todo, te prometo que me lavo las manos".

"Y porque tanto interés en mi tan de repente, nunca antes hablamos y crees que una invitación tan patética y cliché me hará -la interrumpí-

"Siempre hay una primera vez ¿no?... Además no tengo interés en ti, solo creo que en estos momentos estaría bueno un amigo... ¿No?" por alguna razón quería hablar con ella.

"¿Qué acaso me tienes lástima?" preguntó algo enfadada.

"Claro que no, jamás he sentido lástima por nadie, excepto por las serpientes, no tienen brazos" otra vez oí una risita, esta vez más fuerte "¿Entonces?".

"Está bien".

"Ok, entonces espérame afuera, sino quedará raro" le dije para luego dirigirme a los orinales, escuché la puerta cerrarse detrás de mi, ya había salido, en unos minutos ya estaba lavándome las manos, al dirigirme hacia la puerta pude escuchar las voces de unas chicas.

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