Tan cerca de ti [NamGi]

¤Capítulo II¤

Nuevamente intenté corregir los errores pero si ven alguno les agradecería que me dijeran. Disfruten la lectura. ;)

—Bien-  Nam se fue del lugar junto a Jin y consigo un pedazo del corazón de Yoongi, le dolió mucho su actitud pero tal vez fue lo mejor, ése sería un gran paso para por fin olvidarlo y usará el dicho de un clavo saca a otro clavo y ese clavo sería Jimin.

—Creo que podremos pasar un buen rato Yoongi- Jimin se acercó al pálido con la intención de besarlo.

—¿Quieres bailar?- él evadió aquél beso, se levantó y jaló del brazo a Jimin y así ir hacía la pista de baile.

Los dos se encontraban bailando y Yoongi se encontraba algo mareado por las luces, por el humo y por los tragos que anteriormente Jimin le estuvo llevando.

—Jimin, ya me quiero ir, estoy algo mareado- Yoongi se salió de la pista y se fue a sentar.

—¿Quieres que te lleve a casa precioso?- preguntó Jimin y Yoongi asintió.

Ambos salieron del club nocturno y se dirigieron al lujoso auto del azabache un Mustang color beige.
Presumido pasó por la mente del palido en cuanto vio aquél auto.
Él aún no estaba del todo borracho pero sí estaba algo mareado.
Los dos se subieron al auto y partieron rumbo a la casa de Yoongi.

Mientras Jimin conducía Yoongi tenía la vista hacía la ventana, ambos en un completo he incómodo silencio.
Pero éso fue roto en cuanto el pálido sintió una mano en su pierna.

—¿Qué haces?- Yoongi sacó su mano en seguida.

Jimin se paró frente a un gran edificio y se acercó a Yoongi para besarlo, estaba vez el pálido no quería, así que lo aparato de inmediato.

—¿No quieres?, hace rato fuiste tú el que me besó-

—¿Dónde estamos?, esta no es mi casa- Yoongi prestó atención en donde estaba y vio que estaba en un barrio lujoso.

—Es mi casa, sal, vamos a divertirnos- Jimin sonrió de lado y salió del auto, Yoongi imitó su acción pero para salir corriendo de aquél lugar.

—Me marcho- Yoongi se giró al lado contrario para marcharse.

—¡No!, tu me  haz tentado ahora debes responder- Jimin señaló su entrepierna.
Tomó a Yoongi y lo subió a su espalda, cargándolo como un costal de papas.

—¡Oye!, ¿que te pasa?, ¡bajame!- Yoongi pataleaba para que lo bajará. —¡¡¡Auxilio!!!- Gritaba con desesperación.

—Nadie te escuchará, son las 3 de la madrugada todos están dormidos-