Después de la cena y el momento incomodo que Jayden me hizo pasar nos fuimos a dormir, hubo problemas con el acomodo de habitación, finalmente terminé durmiendo al menos en una cama, mañana tendré que oír las quejas de Edgar sobre su dolor de espalda por dormir en el sillón, Jon (si a todos los llamo por un diminutivo) fue suertudo, después de la cena se pusieron a discutir quien dormiría en el sillón, el cual ganó Edgar, pero segundos después trajeron un colchón y sabanas para el otro idiota, así que en si Edgar perdió.
Ahora estoy acostado en una cama que huele a anciano, escuchando los ronquidos de Jayden que probablemente escucharía afuera de la casa y de este lugar, aparte no he dejado de escuchar ruidos raros, no malpiensen, no son ese tipo de ruidos...no no no no o sí?Demonios, estoy malpensando!
Ya es de día y debo admitir que si dormí un poco, sin embargo no con toda la tranquilidad del mundo, aunque bueno, hay que ver lo amable de estos enamorados que nos dejaron quedarnos, pero como había dicho antes, ya somos muchos en este viaje, probablemente el orden este peor que antes. Aprovecho que en la sala hay un teléfono fijo para poner llamar a mi familia, la extraño tanto... y a la vez poder contactar con la persona que me indicó comenzar este largo viaje.
Camino de puntillas y lentamente para no despertar al oso que esta hibernando en esta habitación, abro la puerta lentamente y esta rechina, pero no pasa nada, salgo de la habitación y la vuelvo a cerrar con cuidado de no hacer ruido. Son las 8:00 y creo que solo yo estoy despierto, pero mi comentario es callado por una risa que viene de abajo, bajo los escaleras y me encuentro con Nina poniendo crema batida en la mano de Edgar y unas manchas en la de Jonathan
-Qué coño haces?- le dije susurrando a lo que ella contesto con una pluma en la mano, todo está claro, le respondí con otra risa y me fui a la cocina buscar algo que desayunar cuando escucho gritos y risas provenientes de la sala, al fin se despertó, intento callar mi risa cuando Edgar entra por la cocina. El se limpia la cara en el lavabo de la cocina y se ríe de el mismo, el siempre fue de esos amigos que hacen ridiculeces solo con verte feliz, el caso, estaba ansioso por poder hablar con mi familia, hace tanto que no la veo... bueno exagero. Me fui de la cocina hasta la oficina donde estaba el teléfono, marqué al número lentamente.
-Diga?-al instante reconocí esa pequeña vocecita que me es tan irritante pero a la vez me alegra escucharla
-Hola...- hace tanto que no la escucho, la echo mucho de menos. En su parte del micrófono se oía como si estuviese llorando un poco.
-Lo siento, número equivocado-su respuesta es tan a la ligera que casi me hace creer su indiferencia.
-Disculpe usted señorita, creo que he marcado mal- su risita se oye al otro lado del teléfono- está mamá?
-Ehhh... ella salió hace rato a comprar comida para Maura-quien respondió con un leve maullido algo lejos del teléfono.
-Bueno... solo quería saber cómo estaba...-ella hizo un ruido de afirmación y rió- Cuídense.
-Sí, llama pronto, te extrañamos mucho Nathan, por favor cuídate, donde estas es muy peligroso...
-Y crees que no lo sé? Más de una persona ha intentado matarme desde que salí-recordando cada momento en que conocí a estos idiotas que me acompañan en el viaje- Adios...
-Cuídate- y sin más colgó
Es cierto que emprendí este viaje por mi propia voluntad, pero a veces me arrepiento de muchas decisiones, pero... gracias a esto pude conocer a maravillos personas, que en un principio no querían saber de mi existencia y ahora puedo contar con ellos. Pero bueno... todo tiene puntos y malos.
-OLLE, CHICO MELANCÓLICO!- escuche el grita de Jayden no muy lejos de aquí- YA ES HORA DE IRNOS!
Me quede viendo al cielo por una ventana cercana un momento porque si, pero extrañamente me sentía preocupado, siempre, pero por alguna razón más ahora.
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Perdido y desolado
Science FictionHola soy Nathan, tengo 17 años y esta es mi historia: Hace ya un mes la ONU se había desintegrado y por todos lados había caos y destruccion. El mundo se estaba pudriendo y cada vez era mas raro, gracias a los virus y epidemias la gente se convertía...