Estaba escondida con los chicos en unos arbustos esperando la señal de la primera explosión, era de más decir la adrenalina recorría mi sistema de una manera increíble en verdad, mi corazón latiendo mil por hora, nunca me imaginé estar en algo así, y me gustaba.
—Bomba uno, listo—Escuché en mi auricular, era Alisson.
—Bomba dos, listo—Sean repitió lo mismo al cabo de unos segundos.
—En tres... dos... uno—Alisson contó en reversa y luego se escuchó una terrible explosión, todos sonrieron por eso.
Seguidamente otra explosión se escuchó.
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—Vamos —Emma fue la primera en salir del arbusto seguidamente por los otros.
Con ayuda de todos nos subimos al muro sin complicaciones y luego llegamos al jardín del patio. Corrimos entre la obscuridad y Nathan lanzo un gancho al techo. Lanzo tres en total.
—Rápido escalen — Ordenó con una voz firme.
El miedo me hubiera invadido si no fuera porque practique esto también con Adrián. Le debía mucho, más adelante lo iré a visitar y agradecer por todo, sin él estoy segura que estaría tres metros bajo tierra.
Subí y me sorprendí que Grace también lo hiciera con una increíble facilidad. Llegamos a la última ventana y la abrió Yulissa, rompiéndola por completo. Todos llegaron al ático, me sorprendí al ver que todo estaba despejado.
—Listo —Anunció Emma por el auricular, tenía una gran sonrisa en el rostro.
—Entendido —Dijo Alisson en respuesta.
Seguidamente otras dos explosiones se escucharon.
Comenzamos a caminar por la gran mansión la cual se me hacía desconocida, estaba en perfecto estado; Emma era la que nos guiaba. Era como si la conociera perfectamente.
En algunos pasillos nos encontramos con guardias saliendo a ver qué diablos sucedía fuera de la mansión, pero pudimos con todos. Llegamos a los más bajo de la mansión y Nathan se quedó en el pasillo donde entramos mientras Thomas corría hasta el extremo del pasillo derecho.
Emma abrió la única puerta que había en ese pasillo oscuro. Yulissa, Grace, Emma y Annaleigh se adentraron al sótano, esperaba que todo saliera de acuerdo al plan.
Yo me quedé en la salida lista para evitar que alguien entrara.
Escuche el eco de los disparos, a pesar de los silenciadores se logró escuchar a lo lejos. Debe ser un grandísimo sótano para que se escuchara de esa manera.
Escuché pasos viniendo de la entrada del sótano y sabía que eran de un guardia, me alisté. Cuando salió y me vio, trató de dispararme pero fui más rápida y le quité el arma. Tomé la atención de Nathan y Thomas cuando el hombre gimió de dolor por un golpe que le había dado en el estómago. Cuando el hombre se quejaba, me dirigí detrás de él y golpeé sus rodillas para que cayeran, pero sin antes tomar su cuello en una llave.
