Capitulo 11

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"¡Abby, es hora de despertar!"-me despertó la voz angelical de Sarah, abrí los ojos y la vi levantando la persiana y abriendo las cortinas para que la luz natural ingrese a cabaña.
"¿Que hora es?"-dije tratando de sonar lo más femenino posible, ya que, en las mañanas mi voz es tan grave y rugosa como la de Robert.
"8.00 am."-dijo destapándome. No me quejé y salí de la cama.
"¿Por qué viniste a levantarme?"
"Porque iremos a la casa de tus padres. Cámbiate rápido y nos vamos, desayunarás en el auto."-me dijo mandona.
En verdad no quería ir a ver a mis padres, es decir, en realidad los extrañaba mucho pero no quería encararlos. Tenía miedo. Pero no ese tipo de miedo que aparece cuando te das cuenta que hay una cucaracha voladora rondando por toda tu casa, no. Es miedo sentimental que aparece cuando quieres mucho a alguien y tienes miedo de su reacción a tus acciones. De todas formas decidí ir, ya no soy una niña, tengo que enfrentarlos de una vez por todas.









(...)









Así que aquí estoy, Brentwood 3052, en la puerta de la casa de mis padres. Sarah decidió esperarme en el auto. Aún tenía las llaves, así que entre a la casa sin tocar.
Estaban todas las luces apagadas avisando que no había nadie en casa. De todas formas me dirigí al cuarto de mis padres para corroborar que no estaban.
Afectivamente nadie se encontraba. Sentí un poco de alivio pero al mismo tiempo un poco de ansiedad de querer verlos porque a pesar de todo eran mis padres. Subí a mi habitación, todo seguía igual. Me senté en la cama y mire con un panorama más amplio a mi cuarto.

No era tan grande como el de mis padres o mi hermano pero era todo lo que necesitaba, me solía sentir segura adentro de ese cuarto

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No era tan grande como el de mis padres o mi hermano pero era todo lo que necesitaba, me solía sentir segura adentro de ese cuarto.
Inhalé y exhalé, me propuse tomar las cosas que me llevaría.

Una vez que terminé, antes de irme decidí pasar por el cuarto de mi hermano, Josh. Tampoco había nadie, pero este a diferencia del de mis padres y en comparación con el mío, estaba vacío. Su armario estaba vacío, su escritorio estaba vacío, era como solo un cuarto de huéspedes ya que solo había unas sábanas blancas en la cama.

 Su armario estaba vacío, su escritorio estaba vacío, era como solo un cuarto de huéspedes ya que solo había unas sábanas blancas en la cama

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Me sorprendí mucho al ver eso

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Me sorprendí mucho al ver eso. Cuando llegue lo llamaría.

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