Secrets (Harry Styles y tu)

Capitulo 3

Capitulo 3

Narra Harry

-Entonces no se qué hacer-Fue lo último que escuche, o bueno, no lo último, lo único.

-Aja- Le respondí a Louis, íbamos caminando por los pasillos del colegio, todo el mundo hablaba y una que otra chica estaba comiéndose con su novio.

-Harry, ¿Me estas escuchando?-Pregunto Louis mientras le poníamos la combinación a nuestros casilleros.

-Amm...si, obvio te estoy escuchando-Busque mi libro de química entre todos los demás.

-¿Qué te pasa?-Agg, como odiaba que me preguntara eso, era mi mejor amigo, nunca podía ocultarle algo, siempre se enteraba de todo.

-Nada-Mi tono fue cortante, no quería continuar con esta conversación.

-Lo siento, pero hoy no te voy a creer, ¿Qué te traes?-Insistió.

-Nada, es solo que tengo práctica de futbol esta tarde y olvide algunas cosas-Fue lo primero que se me vino a la mente.

-No te creo, pero cuando estés listo me lo dirás- Cerro la puerta del casillero y se perdió entre los estudiantes, dejándome a mi solo.

Me dirigí hacia mi siguiente clase, química, tuve algunos problemas para llegar al salón. Acabábamos de iniciar el año, tan solo íbamos tres semanas y adaptarse a este ambiente era complicado, no soy nuevo, pero la escuela había decidido hacer cambios para ''la mejora de la institución''.

Llegue al aula y como era de esperarse ya todo el mundo estaba en su lugar.

-Disculpe profesora-Me adentre en el salón y busque un lugar libre con la mirada. Mi amigo rubio me señalo un espacio libre a su lado, camine hacia él y me senté en mi lugar.

-¿De nuevo problemas para encontrar el salón?- Me pregunto Niall en un susurro.

-Sí, algo así-Torcí la boca y abrí el libro en la pagina 6.

-Señor Styles, cuando uno entra al salón por lo menos golpea o saluda a las personas que están dentro-Dijo la profesora algo indignada por mi actitud al entrar.

-Si profesora, lo tendré en cuenta- Profe cállese, me estresa. Eso era lo que realmente quería decir.

-Le recuerdo que los modales y valores son lo mas importantes para...-Bla, bla, bla...La misma cátedra que da a diario, ¿Es que acaso las cosas no pueden ser diferentes?

Narra ______

-Señoritas por favor esperen unos minutos, el señor Hilston ya las atenderá- Otra de las típicas asistentes, labial barato esparcido mal por los labios, tacones puntiagudos y pelo horquillado. Nos indico la sala de espera con una mano, nos sentamos y comenzamos a esperar.

-¿Qué estamos haciendo aquí?- Carla miro fijamente a la puerta que estaba frente a nosotras.

-No lo sé, es raro, siempre nos trae con los ojos vendados- Le respondí mirando al mismo punto al que ella miraba.

-¿Qué le vamos a decir esta vez?-Karol pregunto con nervios en la voz.

-No creo que sea el mejor lugar para discutir eso-Inconscientemente levante un poco la voz.

-Mis queridas niñas- La puerta a la que mirábamos hacia unos segundos estaba abierta de par en par, el señor Hilston había salido por ahí y se aproximaba a nosotras con los brazos abiertos. Era un hombre con mucho dinero, no sabíamos exactamente porque pero era obvio que todo ese dinero no lo conseguía legalmente. Era misterioso y muy poco cariñoso, con ojos negros profundos y pelo del mismo color perfectamente peinado hacia atrás, hacia que todos le tuvieran miedo, excepto nosotras.

-¿Qué hacemos aquí?-Ni siquiera me tome la molestia de saludar, no era normal que estuviéramos aquí y las tres lo sabíamos.

-Pero que grosera te has vuelto _______, ¿Qué paso? ¿Tu último novio era igual a todos? ¿Anoche estaba en tu cama y esta mañana de nuevo estaba vacía?-Eso era lo malo de que el conociera todos mis secretos, siempre los usaba en mi contra.

-Pero que entrometido te has vuelto- No iba a dejar que me recordara mi pasado, sé que mi presente no era lo mejor pero lo prefería.

-¿Qué tal si entramos?-Encendió un cigarrillo sin apartar su fría mirada de mi.

-¿Qué hacemos aquí?- Carla pregunto acercándose a las ventanas, ya estábamos a dentro de la oficina y era un lugar muy espacioso, estaba hecho totalmente en vidrio, tenía un escritorio con muchos papeles y un mac de 40 pulgadas. Nos indico que nos sentáramos pero ninguna de las tres lo hizo.

-Veo que están ansiosas- Se recostó sobre su silla y nos miro detenidamente.

-Tenemos cosas que hacer- Karol tomo la chapa de la puerta pero antes de que pudiera salir, la voz masculina hizo que se detuviera.

-Esto les interesa a las tres- Espero a que alguna comentara algo, pero ninguna lo hizo, así que prosiguió- Quiero felicitarlas por todo el trabajo que han hecho, se han ensuciado las manos por mi estos últimos años y lo hacen muy bien, pero ahora las cosas deben ser diferentes, ustedes dejaran de trabajar aquí.

-¿Eso significa que dejaremos de trabajar para ti?- La voz esperanzada de Karol hizo que el nudo en mi estomago regresara.

-No, ustedes bien saben que tienen una deuda conmigo y deben pagarla, 18 años es la edad máxima, ahora permítanme continuar. Londres, ese es su nuevo destino-

-¿Londres?- Pregunte.

-Sí, oíste bien, Londres. Las cosas cambiaran, entraran a la escuela y vivirá allí- Tenia un plan, eso era obvio, pero sabía que esto no me iba a gustar- Fingirán ser adolescentes normales.

-Eso es lo sencillo, ¿Ahora dinos que porquería nos tocara hacer?- Carla se paro desesperada de su silla y camino de un lugar a otro.

-Que bien que ya me conocen. Estudiaran en el West High School, allí conocerán dos chicas, necesito que se una a ustedes, ellas las ayudaran a encontrar algunas personas que deben desaparecer-Sonrió complacido, sabía que no nos podíamos negar-

-NO- Mi rotundo no dejo a todos plasmados, empezando por mis amigas- No matare a más personas, no usare a esas dos chicas y no seguiré jugando a los ángeles de Charlie.

-Cariño hay algo que no has entendido, no tienes opción, ¿Debo recordarte el por qué estás aquí? ¿Quieres hablar sobre tus padres? ¿Quieres recordar el orfanato? ¿O mejor quieres hablar sobre esos entierros a los que tuviste que asistir de las niñas como tú que no hicieron lo que les ordene? Así es cariño, iras a Londres y convencerás a esas niñas de unirse a ustedes-Su respiración la sentía en mi cuello y me estremecí, comenzó a tocar mi cadera, la recorría de abajo arriba-Eres una perra y las niñas como tú deben pagar-Me aventó contra mis amigas, gracias a ellas no caí-

-Eres lo peor- Karol me ayudo a levantar.

-Ustedes no han entendido, pero lo harán, fuera de aquí, su vuelo sale mañana, empaquen sus cosas, Marco ya está en Londres, el se encargara de mostrarles su escuela y llevarlas hasta su casa. Nada cambiara, seguirán viviendo las tres, inventen que dirán en la escuela, ahora fuera de mi oficina- Si, así era, todo sería igual.