------ Prólogo.

384 7 1
  • Dedicado a Anónimo.
                                    

— 18 de febrero de 2000.

— ¡Hazz! —Protestó Jessica algo divertida mientras dejaba escapar una leve pero ligera risa de sus labios. Realmente adoraba las bromas pervertidas que hacía su mejor amigo. Pero aún así no tenía ánimos para lo que le había propuesto él: ir a un bar para que por fin pueda distraerse. Hace días tenía el mismo extraño sueño: Ella aquí, en su habitación, hablando con Harold cuando algo realmente horrible sucede. Alguien la reemplaza. Distrae a Harry hasta poder acercarse a ella, y por fin cumplir su propósito: Matarla. Algo irónico, ¿No? Es gracioso si puedes pensarlo desde una perspectiva. Es patético asustarse solamente por un sueño. Pero desde otra es realmente aterrador, ya que éste sueño se repite noche tras noche. Ésto le provoca insomnio. Es relativamente obvio que pasaría. A Harry le preocupaba el hecho de que no esté tan descansada. Según él necesitaba dormir. Pero... La única forma de dormir era por medio de medicamentos. Y es lo que ha estado haciendo éstos dos últimos días.  Odiaba doparse en medicamentos, para poder así reconciliar su sueño. — Realmente no tengo ánimos. —Concluyó. Y Harry dejo escapar un suspiro algo preocupado. Quería a su amiga más divertida, más... Feliz. Sentía que ella se afligía por solamente una fantasía. Sentía que ella se había perdido en esa fantasía. ¡Era totalmente irracional! Nunca nadie habría muerto antes por un sueño.

— Lo sé, cariño, por la misma razón te estoy invitando — Dijo él rápidamente. Eran amigos  prácticamente desde que tenían el uso de  razón. Era normal que se traten cariñosamente. Era normal al menos para ellos. —  ¡Quiero verte bien, Jess!  Realmente quiero eso. — Protestó aún preocupado. Se visualizó a su mejor amigo, formando un pequeño pucherito en sus labios mientras decía eso. Y sonrió. Le causaba tanta ternura saber que era así de adorable, porque lo era. Al menos para ella. Vaciló unos segundos antes de contestar. Queria aceptar su invitación, realmente quería divertirse. Pero parte de ella quería que se quede allí. Se sentía confundida, más de lo que alguna vez estuvo. — Nos divertiremos, lo prometo...

— Lo estaré... — Comentó de forma positiva. Siempre era así. Intentaba parecer positiva, no quería que él se preocupara por ella. Sería muy irracional de su parte. Suspiró levemente, y se recostó sobre su cama. Seguía realmente confundida — Pero no necesito tu "Diversión" para poder estarlo —Bromeó. Y él rió levemente.

— ¿Me contarás qué pasó? — Cuestionó su amigo. Él sabía parte del sueño. Sólo que la mataban, no lo demás. Solamente sabía de su insomnio, no que estaba tomando pastillas que probablemente si las tomaba en exceso podría morir. Y eso es lo que realizaba ella.

— Quizás... — Comentó algo distraida. Tenía la sensación de que algo ocurriría. Intentó calmarse, sin embargo no podía quitar su vista de la ventana. Rogó que cambien de tema, por lo que Harry amagó con la idea de seguir insistiendole para que ella asista. De repente se oyo un ruido desde la cocina. Sintió miedo. Ella vivía completamente sola, por lo que no podrían ser sus padres... Su amigo le preguntó qué fue ese ruido. No podía explicarle, ya que ni ella sabía. Pero seguía con la sensación de que estaban caminando a su habitación. Quería huir. Debería huir, llamar a la policia, ¡Avisarle a su amigo! Pero no podía, algo no la dejaba. Sus pensamientos no la dejaban, siempre tenían un lado negativo las acciones a las cuales podría recurrir. De repente, recuerdos aparecieron en su mente. Pensó en como conoció a su amigo, en todo lo que había sucedio. En su primer beso. Claramente, fue con él. No hablaba con otros chicos, y quería saber cómo se sentía poder besar queriendo a una persona, es decir, que no la bese porque sí. Sino que la quiera. ¡Y Harry la adoraba! ¿Por qué no él? Y así sucedió. No contuvo sus lágrimas. No debería estar recordando ese tipo de cosas... Escuchó a lo lejos, como su piano comenzaba a producir notas ligeramente hermosas. Claramente habían entrado a su casa. Sintió miedo, mucho miedo. 

— ¿Estás tocando el piano? ¡Esa canción la tocabas cuando eramos niños! Siempre amé como tocabas el piano — Confesó su amigo, algo emocionado. ¿Cómo explicarle que ella está en su habitación y alguien entró a su casa? — Me alegra que hayas decidido volver a tocar... Ya sabes, dejaste de tocar por muchas razones. Extrañaba oír como lo tocabas. ¿Sabes...? —Vaciló un momento. Por un segundo, dejó de sentir miedo, y se concentro en las palabras de su amigo —  Me estoy visualizando a ti, tocando el piano. Tus delicadas manos sobre las teclas, aprentando las mismas levemente. ¡Me alegra tanto! Ahora... ¿Sonríe por mí? ¿Por favor? Extraño ver tu sonrisa —Suplicó con un toque de ternura. Jessica no pudo evitar sonreír.

— Tonto, no me verás sonreír. ¿Qué caso tendría? — Preguntó un tanto confundida. Sentía una penetrante mirada sobre ella.

— ¡No me importa! — Protestó como un niño de cinco años, y ella rió levemente. — ¡Así! Sonríe. Me gustaría verte en éste momento... —Dijo, y ella se sintió extraña. Luego, oyó como se caía algo de su cuarto. Comenzó a temblar. Se sentía vulnerable. ¡Estaba jodidamente sola!

— ¿¡Qué pasó, Jess!?

— Iba a responder, sin embargo sintió como el tacto de una mano sumamente fría, le quitaba su teléfono — No sucede nada, estoy bien, Harry. Ve, sal y diviertete. Te adoro tanto. Pronto volveré a tocar el piano para ti... — Se oyó esa persona hablar. ¿Esa era su voz? ¿Qué...? ¿Qué sucedía?

Colgó el teléfono. Una nube negra, se iba acercando más y más a ella, por lo que comenzó a temblar de miedo y frío. El hidrogeno de carbono que componía la nube, se acopló hasta poder formar una persona. Sin rasgos faciales.  Sin cabello. Solamente un rostro vacío, del mismo color de su piel. De su mismo físico. ¿Se suponía que era ella?

— Hola, cariño. ¿Me esperabas? — Ironizó esa persona. Llevó sus manos a el largo y ondulado  cabello de la pequeña. Rubio y lacio. Lo acarició levemente, provocando que ella se estremeciera. No entendía que sucedía, pero sentía tristeza. Lágrimas no tardaron en salir de sus lagrimales.  — Oh... ¿Por qué lloras? Si te portas bien, perfectamente bien, quizás prometa no lastimarte mucho, linda. — Sin saber cómo pasó, pero al poder ver el rostro de aquella persona, se vio a si misma allí. Se oyó una risa maliciosa y cruel. Claramente se burlaba de la situación.

Al día siguiente, Harry encontró una pequeña nota en la habitación de su amiga. Había decidido visitarla, siempre la visitaba a las mañanas...

— " Quería su vida, y así fue. Tengo su vida, pero no es suficiente. Tengo su físico, pero no es suficiente. Tengo su alma, pero tampoco es suficiente. Enamoré a su mejor amigo durante los diez años de amistad, pero claramente no es suficiente. ¿Qué necesito, Harry? Pronto... Pronto podré cumplir mi venganza."

Lose Myself.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora